La comida rápida o comida chatarra como también se le conoce, se ha convertido en una alternativa para muchos padres, quienes en medio de sus ocupaciones, no tienen más remedio que comprar un dulce o una hamburguesa para la lochera de sus hijos.
Pero esta aparente solución podría resultar muy desventajosa para la alimentación de los niños. La comida chatarra no compensa las necesidades nutricionales de los pequeños debido a su alto contenido de grasas, azúcar y sal; lo único que logran en el organismo es evitar el consumo de otros alimentos indispensables para su desarrollo.
La idea es enseñar a los chicos cuáles son las diferencias entre una comida balanceada y una comida rápida, admitida solo en ocasiones especiales; como en un cumpleaños o una reunión familia, nunca como parte de su alimentación diaria.
Si tus niños estaban muy acostumbrados a comer las tentadoras hamburguesas o las ricas papas fritas, ya es hora que vayas cambiando sus gustos por otros más saludables.Una buena alimentación no solo previene la obesidad infantil, también contribuye a formar niños más inteligentes.
