Una historia muy real

Una historia muy real 9 mayo, 2013

12. EyerusEn el hogar de Let the Children Have Home (Etiopía) han tenido durante varias semanas una invitada muy especial. Su nombre es Eyerus.  Con dos años la abandonaron meses atrás en un poblado cerca de Meki. Servicios sociales llamó a la puerta azul y pidió que se hicieran cargo de ella hasta que encontrar un lugar mejor donde llevarla. Eyerus tiene parálisis cerebral.  Mar Díaz, la directora del proyecto en Meki,  cuenta que nada más llegar la llevaron a la clínica donde las enfermeras la reconocieron como una de sus pacientes. Localizaron su cartilla y así supieron quiénes eran sus padres y dónde vivían.

Lo comunicaron a servicios sociales y se movilizaron para localizar a la familia. Pasó un mes hasta que encontraron a la madre y a los abuelos.  “Resulta difícil creer que alguien quisiera abandonar a Eyerus”, afirma Mar. Los niños del hogar imploraban continuamente: “Ojalá no encontréis a la familia y así se pueda quedar con nosotros”  o “su madre tiene que estar loca. Pero si es preciosa, ¿cómo ha podido abandonarla?”

No me cabe ninguna duda de que el hogar de Meki ha estado más repleto de alegría de lo  habitual por la estancia de Eyerus un mes y medio. Hubo lágrimas el día que se marchó. Sí porque al final localizaron a su madre. Una joven de 17 años con un bebé con parálisis cerebral, a la que su familia repudió en cuanto se quedó embarazada y a la que la familia de su “novio” echó de casa cuando éste se marchó a la Universidad. ¿No parece incluso lógico que se asuste y abandone a su hija? Mar sigue contando que la madre de Eyerus era una chavala muerta de miedo que no sabía qué hacer. Cuando le llevaron a la niña no dejó de llorar y de darles las gracias por haberle devuelto a su hija.  La familia de la madre no las quería ni a ella ni a la niña por allí, así que le ofrecieron algo de ayuda para que pudiera ir a vivir a Meki e intentar salir adelante por su cuenta con su hija.

Ahora, Eyerus asiste cada día a la guardería. Su madre está pensando en volver a estudiar y desde Let Children Have Home le estamos ayudando con el alquiler de la casa. Si decide seguir estudiando intentaremos también echarle una mano con la matrícula y el material escolar.  Con este arreglo, además, los niños del hogar están contentos, porque siguen viendo a Eyerus siempre que quieren en la guardería.

Esta historia, a pesar de su amargura inicial, me deja con un buen sabor de boca. Pero, sobre todo, me vuelve a recordar dónde estoy, qué tengo y qué es lo realmente importante en esta vida.

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