¿Cómo estáis fresas? Chic@s yo no paro, quiero hacer mil cosas y no me da tiempo a nada, pienso en tantas cosas que quiero llevar a cabo pero… ¿Os creéis que no tengo tiempo a sentarme a escribir ni un segundo?
Y yo solo quiero contar y contar todo lo que me pasa, porque esto de ser mamá bloguera engancha ¡eh! Y más ahora, que empiezan a verse los resultados. Muy poco a poco las visitas a mi blog van aumentando. Las marcas ya empiezan a enviarme e-mails, que es algo de lo que se quejan muchas blogueras pero yo todavía estoy en ese punto en el que que una marca me escriba, me hace sentir superimportante.
Os preguntaréis a qué viene el título del post. Los que habéis leído mi blog, ya os habréis enterado. Los piojos han entrado por primera vez en mi casa ¡Menudo follón es eso!
¿Os acordáis cuando erais pequeñ@s? Todos tuvimos piojos ¿verdad? No se libraba nadie. Por entonces, teníamos la absurda idea de que los piojos eran cosa de pobres, de gente que no se lavaba. Pero llego el día en el que alguna madre de nuestra generación se inventó ese cuento chino de que los piojos van a pelo limpio. No sé quién fue, pero lo hizo muy bien porque aún hoy, muchas personas creen que es verdad. Yo era una de ellas, pero estos días me he estado informando, y lo he leído bien clarito, los piojos no tienen preferencia por el pelo limpio o sucio. Supongo que todo esto fue un invento para no herir nuestro orgullo de madres superlimpísimas. En cuanto un hijo tuyo coge piojos, lo primero que decimos es “Los piojos van al pelo limpio”. O a lo mejor es una excusa para no lavar tanto a nuestros niños. Así nos aseguramos de que no los cojan ¡¡¡EL PELO BIEN SUCIO!!! Jajaja… Bromas a parte, esa sensación de que los piojos son algo de lo que avergonzarse es algo que se ha quedado totalmente obsoleto. Es algo más habitual de lo que pensamos, y no pasa nada. Hay que prevenir y cuando te toque, resolver el problema con paciencia.
Yo me di cuenta de esto hace un par de años aproximadamente. Unos amigos míos cuyos hijos van a un colegio bilingüe de esos carísimos, cogieron piojos. Y yo me quedé anonadada. ¡Así que los ricos también tienen piojos! Ya veis, yo todavía pensaba que eran cosa de pobres. ¡Qué estúpida! Hoy ya nadie piensa eso. Quizás alguno de la generación de nuestros padres. Me hacía mucha gracia mi suegra, cuando llegaba a su casa y en la calle me susurraba “¿Qué? ¿Cómo va el tema de los pipis? Y yo: ¿De qué? “De los pipis”, señalándome la cabeza de Vera. ¡Aaahhhh! ¡¡¡PIOJOS, señora PIOJOS!!! Que no pasa nada.
En cuanto lo dije en el grupo de whatsapp de la clase para advertir a las mamás, todo el mundo me dio consejos. Muchas ya habían pasado por esto. También muchas mamás blogueras me aconsejaron. Y yo lo agradecí un montón. Creo que después de todo, me he convertido en una pequeña experta en la materia.
¡Ah! Y otra cosa. Al igual que yo, muchas mamás primerizas no son capaces de ver los piojos. Vemos que nuestros hijos se rascan y al mirarles, no vemos nada. Yo fui a la pediatra para que me diera un champú para la dermatitis y así, calmarle los picores y me dice: “Bueno vamos a mirarla por si acaso ¡Uy! Ven, ven… mira” TENÍA UNOS PIOJOS TAN GRANDES COMO TIRANOSAURIOS REX ¡Qué vergüenza! Pero no sólo me pasó a mí esto, sino a muchas madres con las que he hablado. Así que para todas las primerizas como yo, os aconsejo que compréis una lendrera. Es la única manera de saber si tienen piojos o no. Se la pasáis por el pelo mojado, o seco echándole un poco de aceite Jhonson y si tiene piojos, los veréis enseguida. En el pelo es complicado verlos porque los piojos son capaces de adaptar su color para camuflarse.
Por eso la primera vez, no somos capaces de ver nada. Con hacerlo una vez por semana es suficiente. Y si veis que se rasca mucho la cabeza, no dudéis. No cuesta nada pasar la lendrera. Pero si queréis saber más sobre los piojos y liendres, no os perdáis mi artículo ¿Cómo eliminar piojos y liendres? En él os he hecho un resumen de todos los consejos que me dieron, de todo lo que he leído y de la experiencia que he pasado.
Y ya por último… ¿Os acodáis de mi artículo “Qué es más importante el futbol o el inglés?” Mucha gente me envió mensajes aconsejándome que no quitara a Joaquín del fútbol. También os decía que tendríamos que esperar al curso que viene para saber qué pasaría. Pues el otro día estuve en Kids & Us Onda y Cecilia, la directora del centro, me ha convencido. Hoy Joaquín y Vera comienzan sus clases de inglés en la academia. No sé cómo van a sobrellevar tanta actividad, pero estoy segura de que ir a Kids & Us les va a encantar.
Bueno fresas, muchos besos y hasta próximo capítulo.
Fuente de imagen: www.thisoldhouse.com