Podemos definir el periodo de adaptación al proceso que experimenta el niño al entrar en un sitio donde va a tener que pasar un tiempo considerable. De hecho, los adultos también necesitamos un periodo de adaptación cuando sufrimos un cambio brusco y en muchos casos incluso al volver de unas vacaciones largas a trabajar, nos supone un esfuerzo y una vuelta a la rutina, y pasarán algunos días incluso alguna semana hasta que volvemos a estar igual que antes.
Siempre que nos preguntan en la guardería por el periodo de adaptación, lo hacen pensando en los tiempos, cuando en verdad lo más importante del periodo de adaptación del niño son las actividades y la atención recibida durante sus primeros momentos en la guardería.
¿Cual es la mejor forma de realizar un periodo de adaptación?
Como sabemos no hay una fórmula secreta que consiga que todos los niños estén adaptados en una semana a su nuevo ambiente, debemos tener en cuenta que las personalidades de cada niño son un mundo, y cada uno tiene sus necesidades, sus temores, sus apegos, y no contamos con una tabla como en los percentiles para poder saber qué hacer, por ello es imposible decir que un método de adaptación es mejor que otro, ya que dependerá totalmente de la personalidad y las cualidades del niño.
¿Cual es la mejor edad para empezar en la guardería?
A qué edad debo meter a mi bebé a la guardería, cual es el momento idóneo, por desgracia la mayoría de las madres cuando tienen que dejar al niño en la guardería no suelen tener muchas opciones para elegir cuando entra sino cuando a ellas se les acaba la baja de maternidad. Vamos a ver cuál es el mejor momento para entrar en una guardería.
- Hasta los 7 meses: La ventaja a esta edad es que el bebé no extraña tanto, con lo que prácticamente no existe un periodo de adaptación como tal.
- Entre los 7 y los 18 meses: Empiezan a extrañar y tener un apego total por la madre, con lo que es un momento en el que les cuesta más y suelen llorar, normalmente lo que más necesitan es el cariño y estar cerca de su profesora.
- Entre los 18 y los 24 meses: Es un periodo en el que pueden extrañar mucho el quedarse sin sus padres, con lo que pueden tener una temporada larga de llorar en el momento de la entrada a la guardería. Lo primero que debemos trabajar es que estén agusto en su entorno, para ello debemos acompañarle por toda la clase y dejarle que coja juguetes él mismo, que empiece a sentir suya el aula.
- Entre los 24 y los 36 meses: Cuanto más mayores son, más podemos razonar con ellos que es una ventaja, actuaremos como con los niños de 18 a 24 meses aunque explicándoles.
¿Más información? Descubre los métodos de cada guardería para el período de adaptación de los niños.