En estos días hemos podido ver en los medios de comunicación una noticia emocionante, curiosa y diferente. Y es que pudimos contemplar como dos hermanas gemelas decidían compartir la llegada a este mundo cogidas de sus manitas. Jenna y Jillian pudieron celebrar su nacimiento juntas tal y como empezó su dura aventura.
Un caso entre 10.000
Solamente uno de 10.000 nacimientos es un caso de gemelos que comparten placenta y saco amniótico y que poseen el mismo ADN. Conocidos como gemelos Mo Mo o Mono Mono, ya que son monocoriales y monoamnióticos, suponen menos de un 5% de este tipo de concepciones. De hecho el doctor que trajo a las pequeñas al mundo indicó que a pesar de tener más de 35 años de experiencia solamente había atendido unos 10 casos de este tipo. A diferencia de los gemelos que tienen dos bolsas diferentes, estos tienen una división tardía, entre los 8 y 13 días lo que les lleva a desarrollarse juntos. Es un embarazo de alto riesgo ya que la falta de espacio puede hacer que uno de los dos no se forme o que sus cordones se enreden provocando su asfixia o no permitiendo que pasen los nutrientes necesarios. Por todo ello se realizaran numerosos controles y en ocasiones, como en el caso de esta madre, puede ser necesario el ingreso hospitalario para una mejor supervisión.
Final feliz
Después de la impresión inicial que recibieron estos padres, al ser informados de lo complicado de su gestación, como decíamos Sarah la madre de las pequeñas tuvo que pasar 57 días ingresada en el Centro Médico Akron General, en Ohio (EEUU), consiguiendo llegar a la semana 33 de embarazo, en la cual le fue practicada una cesárea. Como ella misma comentó no había nadie con los ojos secos al contemplar tan conmovedora escena y afortunadamente alguien consiguió inmortalizarla. Y aunque muchos de estos niños nacen con algún tipo de complicación, parece ser que las pequeñas se encuentran bien, con algún pequeño problema en una de ellas para respirar por sí misma, que en principio no es de gravedad, aunque debido a su bajo peso deberán de permanecer ingresadas unas cuantas semanas. Pero ya llevan una gran ventaja y es que como bien dijo su madre al verlas “ya son las mejores amigas”.