A mi hijo se le dan mal las matemáticas. Seguro que hemos escuchado o pronunciado esta frase en muchas ocasiones. Hay niños que parecen negados para las matemáticas que de adultos continúan siéndolo. Ahora se ha publicado un estudio que trata de explicar el porqué.
La actividad cerebral clave
El Centro Médico de la Universidad de Stanford, California, ha investigado por qué unos tenemos más facilidad con las matemáticas que otros. Y lo han hecho realizando un estudio a tres grupos con edades diferentes, niños de 7 a 9 años, adolescentes desde los 14 a los 17 años y por último jóvenes de entre 19 y 22 años. Todos con un coeficiente intelectual normal y sin ninguna preparación previa, más allá de la adquirida durante su formación académica. Se les conectó un escáner de resonancia magnética y se les pidió que resolvieran diferentes problemas matemáticos sencillos, con el fin de comprobar qué actividad cerebral mostraban.
Distintas partes del cerebro
Vieron cómo cuanto más pasaba el tiempo, los niños participantes eran más rápidos y efectivos en la solución de los problemas. La actividad principal la mostraba la zona del hipocampo, que está relacionada con la memoria, y no la corteza prefrontal y la parietal, que estuvieron menos activas, a pesar de ser las relacionadas con la ejecución de las matemáticas. Los adolescentes y jóvenes usaban el neocórtex, que está relacionado con el pensamiento consciente y el razonamiento.
Además la zona del hipocampo de estos niños iba aumentando las conexiones con otras partes del cerebro, sobre todo con la corteza prefrontal y la parietal. Y vieron que a más conexiones, mejor resolvían los problemas, ya que eran capaces de recordar mejor lo aprendido en ese campo. Así que han visto como el hipocampo y las conexiones que hace con otras zonas cerebrales en el aprendizaje durante la infancia, son como un «andamio» que sirve de base para que en la edad adulta podamos usar el conocimiento que se habrá almacenado en el neocórtex.
Concluyeron que la dificultad con las matemáticas viene dada por no haber afianzado su aprendizaje en los primeros años de vida. Esperemos que este estudio sirva para paliar las carencias que tienen muchos niños con esta ciencia tan útil en la vida.