Se dice que los niños vienen con un pan debajo del brazo. Si esta frase hecha se refiere a que los niños traen felicidad al hogar no podemos estar más de acuerdo, pero si quiere decir que traen prosperidad material… Los que somos padres sabemos los innumerables gastos que supone criar un hijo, tantos que a veces preferimos ni pensar en ellos. Pero ahora un informe nos dice cuánto se llega a gastar hasta que son mayores.
Lo que nos cuesta un hijo
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos ha publicado un informe con lo que gastan los padres norteamericanos desde que nace el niño hasta los 18 años, siendo 245.000 dólares de media para el año 2013, incluyendo casa, comida, guardería, educación, ropa, sanidad… Dependiendo de dónde se viva los gastos son diferentes. Por ejemplo en el sur y en zonas rurales son más bajos, siendo 230.610 y 193.590 respectivamente. Por el contrario, para aquellos que viven en el noreste son mayores, 282.480. Esto no es algo que se ignore en dicho país y cada vez son más las familias con ingresos medios que se mudan a zonas más económicas en el sur o medio oeste para poder afrontar mejor la crianza de sus hijos.
El estudio también constató que cuanto mayores eran los ingresos también lo eran los gastos. Así las familias que ingresaban de media 61.530 dólares al año invertían 176.550 por hijo; en cambio, las que contaban con 106.540 dólares al año invertirán 407.820 dólares por cada niño que tengan.
Presupuesto familiar
De este presupuesto por hijo, un 30% se dedica a la vivienda, un 18% a su cuidado y educación, un 16% a la comida, el 14% al trasporte, el 8% a la salud y por último un 6% a la ropa. Los autores del informe señalaron que algo en lo que podrían trabajar los padres es en dar a sus hijos comida sana, ya que esto abarataría los costes de la alimentación.
El estudio no tiene en cuenta los gastos que vienen después de los 18 años, entre ellos los que supone la Universidad: la pública, unos 18.000 dólares por hijo y la privada, sobre los 40.000.
Aunque este informe es muy útil, quizás sea mejor no pensar en los gastos…