Parece que todos los niños coinciden en algo: a ninguno le gusta ir a la consulta del médico o del especialista, sea del tipo que sea. El problema viene cuando tu hijo se queda casi petrificado justo antes de entrar a consulta. ¿Qué puedes hacer en estos casos?
Aquí tienes una serie de consejos para que hacer que las visitas al pediatra con tu hijo sean mucho más llevaderas.
Prepara a tu hijo de antemano
Nadie le conoce mejor que tú para saber cuándo decirle y cómo decirle que dentro de poco deberá entrar en una consulta. No subestimes el poder que mantenerte calmada y sobre todo no sobre-reaccionar cuando tu pequeño tiene un mal momento en la sala de espera o en la consulta puede tener para mejorar las futuras visitas.
Valora y comprende sus miedos
Aunque nos sale de forma natural, no siempre es bueno decir “no tengas miedo”, “no te va a doler” o “no llores”. No siempre vamos a conseguir lo que queremos, y quizás a ojos de nuestros hijos estas palabras nos hacen ser menos “creíbles”.
En estos casos lo mejor es decirle que sabes que para él la experiencia no va a ser agradable, pero que la vais a superar juntos. Nunca prometas que una vacuna no les va a doler, no lo sabes. Lo que sí les puedes decir es que esto no es algo que vaya a pasar cada vez que vayan a hacer una visita a la consulta.
Invita a tu hijo a que le haga preguntas al doctor.
A veces es tan sencillo como hacer que tu hijo le pregunte al médico algo que quiera saber. Los niños entienden más de lo que nos creemos, por eso, puedes hablar con ellos, guiarlos sobre lo que va a pasar dentro de la consulta y explicarles que no pasa nada. Si ellos preguntan al pediatra y este responde con palabras que puedan entender, sabrán que son valorados y que no son meros espectadores.
Lleva algún objeto que haga que se sientan en casa
No hay nada mejor que ser creativo. Los niños muchas veces se aburren y no todas las salas de espera son igual de “divertidas” para ellos, así que lo mejor es prevenir y hacer que se sientan cómodos de antemano. ¿Cómo? Puedes llevar alguno de sus juguetes o pinturas de casa para que se diviertan antes de entrar en la consulta.
Los libros también suelen ser una buena opción. Algunas consultas suelen ser menos serias e imponer menos que las tradicionales salas de espera de los hospitales. Pero aún así, nunca estará de más prevenir.
Recompensa el buen comportamiento
Aunque algunos padres y profesionales pueden mostrarse en desacuerdo, otros sí que recomiendan recompensar el buen comportamiento cuando se sale de la consulta. Un caramelo o alguna de sus actividades favoritas reforzarán su buena conducta en próximas visitas.
Siguiendo estos sencillos consejos verás cómo en poco tiempo las habituales visitas al centro médico se convierten en algo mucho menos traumático para los más pequeños.