Como papás y mamás, sabréis de sobra que la educación de los peques no es una tarea sencilla. El estrés y la falta de tiempo, principalmente, nos pueden hacen perder de vez en cuando los nervios con ellos y gritarles, castigarles o no dedicarles la atención que necesitan. También es común que en ocasiones decidamos por ellos e incluso puede que les «obliguemos» a aceptar unas condiciones que elegimos por nuestra propia comodidad. ¿Cómo se sienten ellos en esos momentos? ¿Merecen nuestro comportamiento?
Quizá al leerlo no os sintáis identificadas e identificados, pero lo cierto es que estas situaciones se producen de forma habitual y es posible que muchas veces ni reparemos en ellas. Por eso, la ONG Educo -defensora de los derechos de la infancia- ha lanzado la campaña #Ponteenmilugar. En ella, los adultos representan el papel de niños y viceversa, en escenas cotidianas que nos llevan a adoptar otro punto de vista. El objetivo es denunciar dichas situaciones para que no afecten al desarrollo de los niños y para que los padres, profesores y otros adultos tomemos conciencia.
Después de ver el vídeo, ¿os habéis reconocido en alguna de las escenas? Alguna vez os han sucedido, ¿verdad? A nosotros nos vino a la mente la historia que una de nuestras colaboradoras nos contó hace un tiempo sobre el problema y la sensación de culpabilidad que acabó teniendo al no apoyar a su hijo en sus aficiones ni en la decisión de realizar una determinada actividad extraescolar. ¿Qué ocurre si vemos que nuestros hijos tienen buena predisposición para la música o para el inglés, pero ellos quieren ir a fútbol o a ballet? ¿Cuántas veces lo que acaban haciendo lo hemos decidido nosotros, en lugar de ellos?
Algo que en principio nos podría parecer de tan poca importancia resulta fundamental con el paso del tiempo para el pleno desarrollo infantil. Debemos empezar a entender que los niños también deben ser escuchados y deben participar en las decisiones que les afectan. Quizá no siempre podremos ni deberemos hacer las cosas a su manera, pero al menos habremos escuchado su opinión y les habremos intentado hacerles entender la nuestra.