Últimamente cada vez está más de moda la cocina. Todos de una u otra manera hacemos nuestros pinitos como chefs. Pero si hay alguien que suele tener vedado el paso a la cocina son los niños. Y es que es un cuarto que indudablemente está lleno de peligros tales como cuchillos o cosas calientes, pero a pesar de ello y con las debidas precauciones, es bueno que los niños pasen tiempo en la cocina tal y como nos muestra un reciente estudio.
¿Qué comen cuando están solos?
Durante esta semana se ha producido la reunión anual de la Sociedad para el Estudio de la Ingesta, que trata sobre los hábitos a la hora de comer, y en ella se ha presentado un estudio en el que se nos habla de los beneficios que reporta que los pequeños nos ayuden a cocinar. Científicos del departamento de Ciencias Nutricionales de la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos, realizaron esta investigación. Para ello reunieron a un grupo de 61 niños de entre 4 y 6 años en un laboratorio de los alimentos, en el cual los niños podían decidir qué comer y cuánto sin la supervisión de ningún adulto. Había todo tipo de alimentos, frituras, chocolate, frutas, verduras… Al tiempo los padres completaban un cuestionario acerca de sus hábitos nutricionales, entre ellos el tiempo que se dedicaba a la cocina o la situación socioeconómica de la familia.
Si se cocina en casa, mejor
Comprobaron al observar la elección de cada niño, que aquellos cuyos padres dedicaban más tiempo a cocinar, habían elegido las comidas con menos calorías, y que en ello no influía el status socioeconómico de los estudiados. Estas familias dedicaban una media de hasta 16 horas semanales mientras que otras apenas 1 hora. Los autores concluyen que ver cocinar a los padres, ayudarles y compartir juntos las comidas, lleva a que los niños tengan mejores hábitos en la mesa, independientemente de que estén sus progenitores delante, lo que les reportará beneficios ahora y en el futuro.
Así que la próxima vez que cocinemos, por qué no contamos con un mini pinche, seguro que disfrutará muchísimo y nosotros, si vencemos nuestros miedos y con los máximos cuidados, también.