Seguramente se trate de una cuestión de instinto, pero a la mayoría de los padres nos inquieta dar medicamentos a nuestros hijos. Pensamos muchas veces que difícilmente puede resultar inocuo meter en cuerpos tan pequeños sustancias de ese tipo. Y cuando se trata de antibióticos, la inquietud crece.
Antibióticos de amplio espectro
Se ha publicado estos días un estudio realizado por un grupo de expertos del Hospital de Filadelfia, en el que se indica que los niños que son medicados con antibióticos en sus dos primeros años de vida tienen más posibilidades de sufrir obesidad infantil. Y esto se debería a que estos medicamentos además de acabar con las bacterias, también destruyen la flora intestinal.
En el estudio, se analizaron los historiales de casi 65.000 menores tratados entre los años 2001 y 2013. De todos ellos, más de dos terceras partes habían tomado antibióticos antes de los dos años, aumentando el riesgo de obesidad entre un 2 y un 20%. Pero los que habían recibido esta medicación en cuatro o más ocasiones presentaban un riesgo mayor. Y entre todos, los que habían ingerido antibióticos de amplio espectro, aquellos que se usan para destruir un gran número de bacterias, tuvieron aún más incidencia. Sin embargo, en los casos de los de espectro reducido no se notó dicha incidencia.
Reducir el uso de antibióticos en niños
En estudios anteriores se vio cómo este tipo de antibióticos se ha relacionado con la formación de bacterias resistentes a los medicamentos. Por todo ello se está pidiendo a los médicos que traten de no recetar antibióticos salvo cuando sea estrictamente necesario, e intentar que estos sean de espectro reducido. Y por supuesto, que los padres no los utilicen por su cuenta para curar cualquier enfermedad de sus hijos.
Eso sí, los autores reconocen que aunque los datos de este estudio son reveladores, no se tuvieron en cuenta a la hora de realizarlo otros factores, tales como la dieta o el ejercicio físico de los pequeños. No obstante, tomemos todos buena nota, tanto médicos como padres.