En muchas ocasiones puedes encontrarte con el dilema de cuál es la mejor forma de cocinar para que la comida de los niños sea lo más saludable posible, pues bien, además de los alimentos hay un elemento muy importante a tener en cuenta, si cocinamos con Gas Natural o no. Podrías pensar que sin duda el tipo de cocción es lo más importante y, de hecho, es un factor fundamental, pero con qué cocinamos también es clave.
El calor instantáneo que se obtiene al cocinar con gas natural, permite freír rápidamente, creando una capa exterior que impide que el aceite impregne los alimentos, por lo que podrás cocinar fritos para tus hijos de forma más saludable. Además se obtienen excelentes resultados en las carnes y pescados a la plancha, crujientes por fuera y jugosos por dentro, podrás cocinar a la plancha manteniendo el sabor.
Pero, además, una de las ventajas de Gas Natural es el ahorro. Realizando una media de 14 comidas semanales podrás ahorrarte 61€ anuales respecto a si cocinas con electricidad.
Ventajas de Gas Natural en la cocina
Una de las principales es la posibilidad de regular la llama, y por tanto la intensidad de la cocción. Actualmente las cocinas de Gas Natural vuelven a estar de moda, además de ser las cocinas que todo el mundo asociamos a la cocina tradicional, muchos cocineros profesionales prefieren este tipo de cocina, pues permiten tener un mayor control de la cocción.
El Gas Natural tiene un alto poder calorífico instantáneo (hasta 5kW en un maxi-fogón) que no es posible obtener con la electricidad. Al fin y al cabo la mejor opción para tu bolsillo y para la alimentación de la familia.