Un virus, una crisis en el cole, una histéria colectiva…

Un virus, una crisis en el cole, una histéria colectiva… 22 enero, 2013
Virus Hepatitis A

Hoy os voy a contar algo muy curioso que nos ha pasado en el cole. Todo empezó antes de Navidades. Un niño de nuestro colegio cogió el virus de la Virus Hepatitis AHepatitis tipo A. Este niño tenía una hermana en otra clase y aunque no tenía el virus, sanidad consideró que debían vacunarse los niños correspondientes a las dos clases de los hermanos. Yo entonces no me enteré demasiado de lo que estaba pasando porque a mí, en principio no me afectaba a pesar de que estos niños juegan con mis hijos en el parque. Pero yo, con mi tranquilidad característica, no le di más importancia. El caso es que las madres de las clases afectadas empezaron a dar la voz de alarma. Y muchas familias que no estaban afectadas empezaron a preocuparse. Enseguida se formaban los corrillos a la salida y entrada del cole: “Pues a mi hijo que lo vacunen, pues al mío también,…” Y yo… en mi mundo.

Pero cuando parecía que las aguas habían vuelto a su cauce ocurrió lo que muchos temían. Dos nuevos casos de Hepatitis A y esta vez, sí que me tocaban de cerca, ya que los dos casos se dieron en clase de mi hija pequeña, y es más, una de las niñas afectadas es de las mejores amigas de mi hija. Me encantaría consultar en internet para explicaros exactamente de qué va la enfermedad, pero como buena hipocondriaca lo tengo totalmente prohibido. El caso es que
el día que nos lo comunicaron, volvió la histeria al cole. Llegué a oír de todo, que si esto lo traen los inmigrantes, que voy a denunciar al colegio, que no los vacunaron antes por los recortes,… alucino con la imaginación de la gente. Yo tengo claro que nadie tiene la culpa, ocurrió y listo. El colegio siguió el procedimiento que sanidad le marcó y no podía hacer nada más. Lo más gracioso de todo esto, es la tendencia a exagerar que tenemos las madres. El colegio convocó una reunión para explicar lo que había pasado y las medidas que se iban a tomar.

La noche anterior a la reunión no pude dormir pensando que mi hija tendría la enfermedad. Pensaba “¡¡¡Claro!!! Por eso tiene mala cara, por eso le duele la barriga,… seguro que la ha cogido”. Al día siguiente se lo comento a otra mamá y ella, intentando tranquilizarme, me cuenta los síntomas de este tipo hepatitis, y mis hijos y yo los teníamos todos. Ya no era Vera la única que estaba mala, en ese momento mi histeria aumentó tanto, que yo sólo podía pensar en que toda la familia había caído. Aún encima, me dijo que en adultos es una enfermedad grave. Ella fue una de las primeras que tuvieron que vacunar a sus hijos, porque el mayor coincidía en el cole con el primer niño afectado. Así que intentando consolarme me contó que a ella le pasó lo mismo, que pensaba que se moría y que dejaba a sus hijos huérfanos. Pero no me consoló, me puso aún más nerviosa.

Me fui a casa y esas tres horas entre las 9 y las 12 fueron las de las más largas de mi vida, llamé a mi madre, a mi marido que está de viaje,…me sentía sola ante el peligro. ¿Y si me tengo que ir al hospital yo sola con los niños?, pensaba. Finalmente llegó la reunión y el doctor nos tranquilizó. Lo primero que hizo fue puntualizar que nadie se muere de eso, y que incluso en adultos todo el mundo se recupera. (En ese momento todo mi cuerpo se relajó de repente, no me iba a morir y es más, me di cuenta de que ninguno de mis hijos había cogido la enfermedad). Para los niños es muchísimo más leve, en una semana están curados. Los síntomas: Heces blancas, orina oscura y molestias gástricas principalmente. La explicación: al trasmitirse a través de las heces, teniendo en cuenta que los niños no tienen muy buena higiene, es decir, en el cole van ellos solitos al baño y ahí puede ocurrir de todo, por lo tanto es normal que la enfermedad se propague rápidamente. Pero es increíble las paranoias que podemos llegar a tener las madres. Me pregunto qué gen trasmite de madres a hijas esta facilidad para imaginar cosas  impensables, y preocuparse hasta el infinito por cosas que probablemente jamás lleguen a pasar. Bueno está claro que las madres nunca podremos dejar de preocuparnos, simplemente hay que convivir con ello ¿Verdad?

Como os podéis imaginar estos días, no se habla de otra cosa en el cole. Finalmente vacunaran a todo el colegio. A mis hijos les ha tocado hoy, y menuda fiesta que tenían montada, todo el colegio en el ambulatorio ¡Una revolución! Lo que pasa que al exagerar tanto, sin querer podemos hacer daño a la gente. Hablando con la mamá de la niña afectada, me comentaba que parecía como su hija tuviera la peste. El temor a ser contagiados hacía que la gente les
mirase un pelín raro. Y voy más allá todavía. Casualidades de la vida, hoy leí un artículo de otra colaboradora de Cuidado infantil “Vivir sin médico” de Pilar Cabello. Me encantan sus artículos porque nos cuenta esa realidad que muchas veces no queremos ver, pero que está ahí y que hace que te des cuenta de la suerte que tenemos de vivir en España, con todas nuestras comodidades y nuestros centros de salud, por muchos recortes que hagan, somos grandes afortunados. De eso va precisamente el artículo, de un pueblecito llamado Meki donde tienen un único centro de salud para aproximadamente 60.000 habitantes.

Así que SEÑORAS MAMÁS (entre las que me incluyo) tranquilícense y por favor no pongan el grito en el cielo, ni echen la culpa a quien no la tiene, porque el efecto “Bola de nieve” puede ser tremendo.

Muchas gracias por estar ahí mis lectofresas 😉

Angélica Alvarez (Mamá de Fresa)

[was-this-helpful]