Hace unos días una famosa juguetera española presentó su nueva tableta diseñada exclusivamente para niños. También llegan noticias de una multinacional estadounidense que presentó en las tiendas de su país otro de estos dispositivos.
Con un diseño muy atractivo para los más pequeños, con cámara, internet, correo, apps…, destacan por disponer de un entorno seguro y un sencillo control parental.
El precio ronda los 300 €, lo que los convierte en un “juguete” bastante caro.
Imagino que para los fabricantes es un producto muy jugoso pues, según la consultora ABI Research, las ventas de tabletas superarán los 100 millones de unidades en 2012. Y estos datos, unidos al aumento del uso del ordenador por parte de los niños que, según AIMC (Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación), crece rápidamente con la edad. Un 30% de los niños de 4 años maneja el ordenador, alcanzando casi el 94% por parte de los usuarios de 13 años.
En las casas donde hay una tableta los niños están, seguramente, acostumbrados a su uso y les atrae la idea de tener una propia e, imagino, que a muchos padres les atraerá la idea de que no les manoseen un producto nada económico. De ahí la opción de proporcionarles una propia.
Personalmente no comparto esta opción pues lo veo un producto caro y prescindible. En mi casa desde que tenemos un iPad, mi hijo ha jugado con él sin ningún problema. El control parental se lo hemos proporcionado nosotros eligiendo los juegos a los que accede y compartiendo con él el acceso a internet o YouTube. Además de controlarle el tiempo que pasa jugando con la tableta, al igual que se controla el tiempo de las videoconsolas u ordenador.
Si el problema que tenemos los padres es que el niño nos pueda dañar la tableta se les puede comprar una de segunda mano o menos calidad que saldría igual o más económica que las infantiles.
Además, creo que estos dispositivos en un corto periodo de tiempo se les quedará “pequeños” a los niños, pues ellos viven con gran intensidad la era digital y conocen las últimas novedades, y una tableta que igual no les deja introducir el nuevo juego que tienen sus amigos y que ellos quieren probar, acabará pronto en el “baúl de los recuerdos”.
Si lo que se busca es la parte educativa, actualmente existen multitud de aplicaciones para introducir en nuestra tableta. Ahora mismo recuerdo las de Cuadernos Rubio, My Story, Doodle Buddy… e incluso juegos de mesa como el Monopoly, Uno, etc.
Hace poco hablé también del correo electrónico para iPad, Maily, una herramienta fantástica para que se puedan comunicar con sus amigos y desarrollar sus dotes artísticas y de lecto-escritura. Todo ello con control parental.
Con estos ejemplos quiero reforzar mi opinión de que no hace falta una tableta específica para niños, pues los creadores de aplicaciones ya han visto el gran mercado que son los menores.
Incluso, para hacerlas más atractivas, se venden divertidas fundas, como se ve en la foto de más arriba, para proteger el dispositivo y proporcionarles unas asas para que sus pequeñas manos puedan coger bien la tableta.