Último fin de semana de agosto, lo que supone para muchos el fin de las vacaciones: la vuelta al cole, al trabajo, a la rutina diaria… pero septiembre es un mes magnífico para disfrutar desde nuestra ciudad, sin necesidad de viajar. Una de las cosas que más me gusta de septiembre es ver como se pone en marcha la ciudad después de los meses de verano. Salir con los nenes a dar un paseo por el centro, plazas, y parques. Ya no agota el calor y es muy agradable disfrutar de los espacios que nos proporciona nuestro entorno más cercano.
¿Qué puedo hacer en septiembre con mis hijos?
Tarde en la biblioteca o centro cultural de tu ciudad. Durante el mes de septiembre abren sus puertas este tipo de centros cerrados, la mayoría, en agosto. Pasar una tarde en la biblioteca, para además informarnos de las actividades que pronto comenzarán ( cuenta cuentos, talleres, cursos…) es una buena opción para que nuestros hijos retomen el contacto con los libros y con un tipo de actividad más relajada.
Playa o montaña. En septiembre, se puede disfrutar aún más si cabe de la playa o de la montaña. Las temperaturas más suaves nos permiten realizar excursiones por nuestros parajes más cercanos, o simplemente paseos por el término municipal de nuestra ciudad. Buscar piedras preciosas, flores y plantas silvestres puede ser una buena excusa para motivar a los más pequeños de la casa. Lo mismo ocurre con la playa, con apenas turistas, un picnic playero es una opción para pasar una tarde divertida con nuestros hijos.
Taller de cocina o Master Chef Junior. Es evidente que se está poniendo de moda y que cada vez a más niños les encanta ayudar a sus padres en la cocina. Plantearnos una tarde de septiembre, en casa, con un buen recetario para que cocinen los más pequeños, es sin duda un buen plan. Delantales, gorros y algunos utensilios que podemos conseguir en tiendas de menaje low cost nosayudarán a convertir en auténticos chefs a nuestros hijos.
Taller de pintura. Este taller también puede salvarnos una tarde con nuestros hijos. Lo mejor de este actividad es que la puedes realizar en casa o al aire libre, basta que te lleves un maletín con pinturas para la cara y un paquete de toallitas. Para mí lo ideal es ir al parque o plaza que vas habitualmente, porque lo más seguro es que tus hijos se encuentren con algún amiguito que también quiera participar en la sesion de pintura: piratas, Spiderman, hadas, brujitas… harán volar su imaginación durante unas horas. Y para acabar el taller nada mejor que una sesión de photocall que inmortalice el momento. Les encantará!!!
Seguro que tenéis muchísimas más ideas que estas que os hemos dado. ¿Nos las contáis?