La vuelta al colegio

Para los padres es una carrera contrareloj para tener libros, uniformes, materiales listos, y una cuenta atrás para las ansiadas rutinas. Esas rutinas que ayudarán que los pequeños se acuesten algo más temprano, que liberen un poco de su energía en el colegio, y nos permitan recuperar un poco de nuestro espacio, de ese rato en la noche cuando los pequeños duermen y nosotros aprovechamos para leer, bloggear, ver la tele, o conversar en pareja.

¿Qué pensarán los niños en su primer día de clases?

Para algunos, los más pequeños, los que asisten por primera vez, es descubrir un mundo nuevo. Unos entraran corriendo, otros no querrán entrar.

A algunos les dará miedo, pues estaban mejor y más seguros en terreno conocido, en sus casas. Y querrán conocer a sus nuevos amigos y jugar con esos juguetes y materiales de clases, pero también querrán a su papa y su mamá a su lado. Para ellos, ojalá todos los centros tengan una buena adaptación, respetando sus ritmos. Porque la primera impresión es importante para que se sientan cómodos. ¿no?

Para otros, será como entrar en un parque de atracciones. Se quedarán encantados, impacientes por explorar y descubrir. Quizás el tercer día se den cuenta que eso no es cosa de un día y echen de menos su casa, pero solo un ratito. Ellos van a disfrutar como nadie de sus inicios escolares, que ojalá sean adaptados a su edad, con mucho juego y mucha exploración de materiales.

Para los que ya no son bebés y ya han ido al colegio, generalmente los primeros años volver a clase es emocionante, asisten con ganas a contarse las aventuras del verano con sus nuevos amigos, de reencontrarse con sus compañeros. Mi hija mayor a dos semanas del colegio, con todos sus materiales preparados, siempre está impaciente por ver a sus amigas, por saber qué han hecho, por invitarlas a jugar a casa. Y los primeros días no puede dejar de contar las mil y una historias vividas y contadas por sus amigas.

Y la verdad, sigue así durante casi todo el año. Casi sin excepción, todos los días va contenta al colegio, con ganas de realizar las actividades que realizan.

Después uno crece y le pierde el gusto al colegio ¿por qué será? ¿Por qué deja de gustarnos el colegio a la mayoría? ¿Se nos olvida jugar o el sistema es tan estructurado que no tenemos espacio para ese descubrimiento, ese juego, que nos emocionaba de pequeños? ¿Podría ser diferente? ¿Podría aprenderse jugando, sin tanto memorizar?

No lo sé, pero ojalá cuidáramos siempre, en casa y en el colegio, esas ganas de aprender, de descubrir, esa curiosidad, esa imaginación que tienen los niños de pequeños y que trasladan al colegio…pero que por el camino parece que se va perdiendo.

¡Feliz inicio de clases a todos!

Asi piensa una mamá

www.asicomolopienso.com

@laicapi

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