Cuando Toin nació no nos dimos cuenta inmediatamente. El bibi lo tomaba bien y también usaba con bastante destreza el chupete (dentro de lo que cabe, claro).
Cuando llegamos a casa empezó a no apañarse con el chupete y recuerdo que la última vez que se lo puse fue cuando pilló un buen berrinche y no hacía más que escupirlo. Las siguientes veces ya no sabía ni qué hacer con aquéllo en la boca. Intentaba chuparlo, pero se le caía, se quejaba, se lo volvía a poner y lo mismo… Dejó de usarlo y de necesitarlo para calmarse y para dormir.
«Bueno, pues una cosa menos de la que preocuparme el día de mañana para quitarle el hábito«. La verdad es que en ese sentido no puedo quejarme: Gololo decidió él solito cuándo lo dejaba porque «ya zoy mayó, mama…«.
Empezamos a observar que al llorar intentaba levantar la lengua y que el frenillo tiraba demasiado de ella. No lograba tocar el paladar.
La pediatra nos dijo que aún era muy pequeñito y que si no había problemas para alimentarse no se lo quitarían hasta más mayor y sería por cuestión de pronunciación, no porque per se le supusiera algún problema. No obstante, nos mandó al especialista del Hospital Niño Jesús de Madrid, donde el doctor vio al bebé y nos emplazó a unos meses antes de cumplir los dos años para comenzar con el preoperatorio.
Nunca me había preocupado de este aspecto más allá de que el día de mañana el peque no pronunciara ciertas consonantes, pero resulta que conlleva muchos problemas a veces, incluso, para la madre si ésta le da el pecho:el mayor inconveniente de dar de mamar a un niño con este tipo de frenillo es el dolor, con toda seguridad la madre sufrirá grietas por la fricción y por la excesiva presión intraoral negativa a la que se ve sometido el pezón, infecciones bacterianas causadas por un mal drenaje de los conductos y favorecidas por la presencia de las grietas, isquemias por la compresión del pezón contra el paladar…Todo ello hace que la experiencia de dar el pecho resulte dolorosa y desagradable y que incluso madres muy motivadas en el tema de lactancia natural abandonen prematuramente el dar el pecho a su pequeño.
No todos los casos provocan dolor pero muchas veces generan desconcierto, pues el bebé aparentemente mama sin problema pero no coge peso y demanda demasiado a menudo por estar insatisfecho. A veces pueden mostrarse irritables y llorosos.
En nuestro caso, como ya os he comentado, no ha tomado pecho pero no ha tenido problemas de succión con el biberón, pues su anquiloglosia, en concreto, no era de las graves.
La operación en sí no tiene ninguna complicación y en la misma mañana que se la hicieron (con anestesia, quirófano…) nos fuimos a casa una vez que el cirujano comprobó que comía (cositas fresquitas y blanditas los primeros días) y hacía pis. Se realiza con bisturí eléctrico que a la vez que corta cauteriza, con lo cual no requiere de puntos.
Fue muy gracioso verle de vuelta a la habitación tras la brevísima intervención, cómo chascaba la lengua contra el paladar como diciendo: «yo aquí noto algo distinto«; no obstante, si le preguntabas que dónde tenía pupa él se señalaba la mano, que era donde había tenido puesta la vía ;).
¿Habéis tenido algún caso de frenillo sublingual corto o anquiloglosia?