El sueño infantil

El sueño infantil

El sueño infantilEl sueño cumple una función reguladora y reparadora de nuestro organismo, tanto en adultos como en niños. Durante el sueño asimilamos y organizamos en nuestro cerebro todos aquellos aprendizajes y desafíos que nos hemos encontrado a lo largo de las horas de vigilia. Por ello, dormir el tiempo necesario y respetar los ritmos de sueño es esencial para la maduración física y psíquica de los niños.

A lo largo de los dos primeros años de vida del bebé las fases y etapas de sueño van variando, hasta alcanzar un hábito de sueño similar al del adulto.

Durante los tres primeros meses de vida, el bebé necesita dormir alrededor de 16 horas al día, divididas entre el día y la noche. Durante las primeras semanas el sueño suele interrumpirse cada dos o tres horas coincidiendo con las tomas de leche.

En torno a los tres o cuatro meses dormirá cerca de las 15 horas siendo los ciclos de sueño no tan dispersos, con menos interrupciones y de mayor duración durante la noche.

Las siestas a lo largo del día irán disminuyendo y aumentará el sueño por las noches. Alrededor de los 6 meses dormirá más o menos 12 horas cada noche y echará dos siestas (una por la mañana y otra por la tarde) y en torno a los 12-15 meses tendrá un sueño nocturno largo y se echará solo una siesta.

Aunque estos periodos de sueño son similares en todos los niños, es importante decir que cada niño es diferente. Por ejemplo, algunos niños pasados los 24 meses ya no necesitan dormir siesta mientras que otros sí. Lo importante es tratar a cada niño de acuerdo a sus necesidades y los padres son quien mejor conocen y comprenden a su bebé.

A medida que crecen y se desarrollan pueden pasar por distintas fases en sus hábitos de sueño e incluso sufrir algunas alteraciones en éste. Los períodos de crecimiento rápido, la dentición, la ansiedad por separación y de numerosos nuevos aprendizajes (gateo, caminar,..) son algunas de las alteraciones más habituales. Cuando atraviesan algunas de estas situaciones, el cuerpo y mente del niño experimenta cambios y sus hábitos de sueño también pueden verse afectados a causa de estas.

Sueño infantil

 

 

La importancia de establecer una rutina de sueño

Al igual que aprendemos a comer o andar también podemos aprender a tener buenos hábitos de sueño. Aunque esto puede ser una tarea más o menos costosa para los padres, este aprendizaje pasa por el establecimiento de una rutina a la hora de ir a dormir.

Pero, ¿por qué es importante crear una rutina de sueño?

Los expertos coinciden en la importancia de la rutina para tener unos buenos hábitos de sueño. Bebés, niños y adultos vivimos y crecemos en entornos coherentes. Por lo tanto, si el bebé no se encuentra en un entorno coherente se sentirá confuso porque las cosas no ocurren del modo que esperaba.

La existencia de una rutina y la coherencia en el entorno permite que el niño construya confianza sobre sí mismo. Cuando el niño tiene una rutina establecida va a moverse en un entorno seguro lo cual va a generar tranquilidad en él/ella, algo necesario para conciliar el sueño.

Esto no quiere decir que en ocasiones la rutina no pueda variar (ej.: vamos de visita a casa de unos amigos), pero si la rutina está bien establecida no pasará nada puesto que el niño podrá afrontar la variación sin problema. Pero conseguir establecer una rutina es esencial para el desarrollo de su autonomía.

 

Rutina, rutina y más rutina

Los niños responden mejor a la coherencia y aprenden más rápido cuando las situaciones se repiten. Es importante que los elementos que componen la rutina se repitan y a ser posible que tengan lugar en aquella habitación donde duerme el niño. Las horas exactas no son tan importantes como el orden. Pero es importante que antes de establecer cualquier tipo de rutina nocturna, el bebé este preparado para ir a la cama tranquilo, sin molestias.

Por todo esto, para conseguir establecer una rutina de sueño debemos empezar cuanto antes mejor. Aunque en un principio el horario de sueño de un lactante es irregular, establecer una rutina ayuda a que el bebé comience a reconocer los elementos del proceso de ir a dormir.

Adoptar hábitos de sueño adecuados desde una edad temprana es crucial para el desarrollo del sueño del niño. Pero nunca es tarde para introducir una rutina, aunque nos cueste un poco más. En estos casos la rutina nocturna no debe cambiarse de una noche a otra, sino ir introduciendo los cambios poco a poco para que el niño vaya incorporando los elementos que forman parte de la rutina de ir a dormir.

Dejar que el bebé se duerma solo e intentar establecer una rutina parece que son una buena fórmula para conseguir buenos hábitos de sueño. Pero en realidad no hay un método infalible para lograr que el bebé duerma todas las noches como queremos. La manera que se decida llevar a cabo es muy personal ya que nadie mejor que los padres conocen a su hijo y cómo cubrir sus necesidades, pero algo importante es que la pareja esté de acuerdo y la familia ofrezca su apoyo.

 

Miriam Lara y Elvira López-Mántaras.

Psicólogas Infantiles y Expertas en Atención Temprana.

 

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