El amor de hermana

hermanos

Hace unos días escribía en mi blog un post sobre este tema. Y es que el tema me fascina cada vez más.

hermanosSoy hija única, crecí tan acostumbrada a jugar con niños como con adultos, o a entretenerme sola. Crecí mirando a las amigas que tenían hermanos, y fascinándome a veces por ese amor y protección incondicional que se profesaban, y asustándome también por lo crueles que pueden ser los hermanos unos con otros, ya de pequeños.

Cuando estás en tu segundo embarazo, siempre se cuela la preocupación por el mayor, ya se lleven 18 meses o 5 años de diferencia. Una piensa en su bebé y en ese “bebé grande” que tiene en casa: ¿Cómo le afectará? ¿Se sentirá desplazada? ¿Podré atender a ambas? ¿Crece el amor lo suficiente para llegar a todo? ¿Se llevarán bien? ¿Crearán ese vínculo tan bonito entre hermanos o no se harán mucho caso?

No tengo respuestas para todas estas preguntas, porque cada caso es un mundo. Ahora sé que el amor de madre, cuando nace tu segundo hijo, no solo crece para llenar a ambos, sino que se multiplica de forma insospechada. Eso te hace feliz, y te hace sufrir cuando no llegas a alguna de las dos. Porque tienes dos hijos pero el trabajo se triplica, como poco. Cuando tu bebé llora más de lo que te gustaría porque estás: peinando, vistiendo, bañando, a tu hija mayor. Cuando tu hija mayor llora y no puedes tenerla en brazos por estar amamantando a la menor. Son situaciones que vives y que te hacen sentirte impotente por no ser superwoman y llegar a todo.

No es fácil, seguro que hay niños que lo pasan mejor y otros peor cuando llega un hermanito a casa. Yo he aprendido que buscar espacios a solas con ambas ayuda, las hace sentir especiales, las hace sentir que tienen toda tu atención. También he aprendido que lamentablemente la paciencia no se multiplica sola como el amor, pero si la trabajas, se expande y amplía.

Pero eso no resuelve todos los interrogantes. ¿se llevarán bien o se chincharán todo el día? Poca experiencia tengo de momento. Soy una observadora que no cuenta con su propia experiencia para comparar. Veo momentos en los que se abrazan espontáneamente, veo momentos en los que se preocupan la una por la otra, pero también veo como compiten todo el rato, y también veo momentos en los que se chichan, se hacen rabiar a propósito, y algún golpe se escapa.

¿Cómo criarlas para que se quieran, respeten, y se apoyen mutuamente en vez de competir entre ellas? ¿Cómo lograr que en la infancia nazca ese vínculo que las haga inseparables de adultas? No lo sé. Estoy aprendiendo, y espero hacerlo bien porque hay una sola oportunidad para esto. Tengo algunas ideas que intento aplicar:

  • Dar ejemplo: si las tratas con cariño, a ella y al resto de miembros de la familia. si ven que en la familia no se usan los comentarios despectivos, ni se habla mal unos de otros, y cuando uno tiene un problema, puede contar con el otro. Crecer en una familia unida y bien avenida ayuda y las hace aprender de lo que ven, como en tantas otras cosas. Espero.
  • No salir siempre en defensa de una. Hablar con ambas. Muchas veces los conflictos que surgen entre ellas se producen de un pique pequeño, pero normalmente la que empieza no suele dar «el golpe» más fuerte. Por ello, he aprendido hasta ahora que, una vez consoladas ambas, lo mejor es escuchar la versión de ambas partes y hacerles ver que no está bien empezar tirándole el pelo a tu hermana, pero tampoco está bien defenderse empujando de vuelta.
  • Enseñarles a colaborar en vez de competir. Y esto es más difícil de lo que parece. No sabéis lo fácil que es salir a la hora de casa si dices «la que esté lista antes gana». Pero eso las acostumbra a competir entre ellas. Y lo que es realmente importante es que colaboren juntas por un objetivo común.
  • Enseñarles a compartir y a respetar. Esto también es muy dificil. Porque si las enseñas a respetar las cosas que son de la otra, muchas veces eso interfiere con el compartir. Yo soy partidaria de que en casa todo es para uso de todos, pero si no es tuyo tienes que cuidarlo como si lo fuera. Por ello, aunque sea dificil (y siento que aun son pequeñas para ello) intento que aprendan que pueden jugar con las cosas de su hermana, pero siempre pidiendo permiso, cuidando bien el juguete e intentando devolverlo a su lugar. Pero insisto, para las edades de las mías aun es un poco sofisticado el concepto.
  • Darles un espacio propio. A cada una por separado, con papa o con mamá, o con ambos si se puede. Para darles atención al 100%. Pero también darles espacio para que estén solas, para que se entiendan, compartan, aprendan a escuchar las propuestas de juegos de la otra (por ejemplo) e intenten resolver solas sus conflictos.
  • Y, por último, ¡repartir mucho amor!

Yo acabo de empezar este camino de criar hemanas. Y éstas son cosas que se me ocurren que pueden ayudarlas a crecer unidas. Son ideas. Espero que alguna surta efecto y lo que son ahora pequeños ratos de juego compartido se convierta en una complicidad única. Si tenéis más ideas, ¡bienvenidas sean! ¡Contádmelas para añadirlas a la lista!

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