La llegada de un niño a casa siempre es motivo de orgullo e ilusión, pero también nos supondrá más de un quebradero de cabeza, especialmente en todo lo relacionado con adaptar la casa para que sea segura para niños, como la seguridad en la habitación del bebé. Si no lo teníamos previsto es fácil que debamos embarcarnos en alguna reforma, además de utilizar mecanismos o artilugios en puertas, muebles o ventanas para evitar percances a medida que los niños crezcan y empiecen a valerse por sí solos.
La habitación del bebé
Sin lugar a dudas, tendrás que acondicionar una habitación para el niño, para lo que no hace falta contar con un presupuesto muy elevado. Lo ideal es iniciar la adaptación de la habitación por los elementos indispensables: la cuna, el cambiador y el armario donde guardaremos la ropa, los pañales o los juguetes del niño. La mejor solución son los armarios multiusos, que nos permitirán rentabilizar tanto la inversión en el mueble como el espacio que tenemos, en especial si es una habitación pequeña.
Debes prestar atención también a la iluminación. La habitación del bebé debe tener buena luz natural, pero también es importante contar con ventanas de doble hoja y persianas o cortinas opacas, pues durante los primeros meses los bebés se pasan la mayoría del día durmiendo.
No olvides el suelo. Lo ideal son suelos antideslizantes para evitar caídas o resbalones cuando crezca, y mejor si se limpia fácil y es impermeable (linóleo, corcho, pavimentos vinílicos, etc.). Evita las alfombras o moquetas, que atraen el polvo y los ácaros y pueden provocar problemas como alergias.
Delimitar los espacios
Cuando el niño empiece a gatear o a andar se morirá de ganas por explorar todos los rincones de casa. Todavía será demasiado pequeño para entender que no puede entrar en la cocina o en el cuarto de baño porque son estancias peligrosas para un niño pequeño, así que trataremos de delimitar el espacio creando una zona segura para que el niño pueda jugar y moverse con más o menos libertad. Sobra decir que las escaleras o el balcón también son peligrosos, una caída puede tener consecuencias dramáticas.
Muebles y enchufes
Dentro de esa zona segura hay que prestar atención a cuestiones como los muebles que hay o los enchufes, además de los objetos que puedan encontrar. No decimos que tengas que renovar todos los muebles de casa, pero sí que es recomendable eliminar los bordes rectos y las puntas de los muebles, ya que gateando se puede hacer daño. Las opciones pasan por los esquineros de protección que venden en tiendas especializadas o por los hechos en casa con gomaespuma.
Pero no basta con proteger las puntas, también hay que bloquear los cajones y puertas. Si el bebé es capaz de abrir los cajones de los muebles, podrá trepar por ellos hasta encaramarse a lo más alto del mueble. En este sentido, se recomienda alejar los muebles de las ventanas para evitar que se asome. El simple hecho de abrir las puertas les permitirá llegar a objetos hasta ahora inalcanzables, y todos sabemos lo que eso significa para un niño. Aunque probablemente no haga falta, en el inodoro también podemos colocar elementos de seguridad.
Fíjate bien en las tomas de corriente. Los enchufes empotrados o de cajillo son preferibles frente a los enchufes de superficie, pero en cualquier caso deberías utilizar tapas de plástico para enchufes, cuya única finalidad es evitar que la curiosidad infinita de los niños pequeños les juegue una mala pasada. Estas cubiertas también tienen un precio muy económico, inferior a 1€, y son muy fáciles de instalar. Gracias a estas pequeñas reformas, tu casa estará perfectamente acondicionada para la llegada de un bebé.