La violencia verbal o física al que un niño está expuesto no solo lo afectará emocionalmente. Según una investigación estadounidense, estos pequeños sufren un daño en su ADN, y envejecen aceleradamente hasta 10 años más a la edad real mostrada en términos biológicos.
Para nadie es una novedad que en la primera infancia, los niños sienten y sufren frente a situaciones conflictivas donde de forma directa o indirecta están involucrados. Quizá por ello, el estudio de la Universidad de Duke buscaba comprobar en qué medida el estrés psicológico trae consecuencias sobre los pequeños.
Los investigadores norteamericanos necesitaban conocer el estado de los telómeros, secuencias especiales del ADN que protegen los cromosomas y que al deteriorarse producen el desgaste genético en nuestro organismo.
En una muestra de 400 niños británicos se comprobó que en aquellos donde el nivel de violencia había sido mayor, es decir, que estuvieron expuestos a bullying, maltrato infantil u observaron algún tipo de agresión, la longitud de los telómeros era más corta, a diferencia de aquellos peques que no vivieron hechos traumáticos, al menos no de manera prolongada. Los resultados fueron conocidos luego de tomar el ADN de los infantes a la edad de 5 y 10 años.
Pero más allá del estudio, es importante que nos hagamos una autoreflexión y cuidemos de nuestros hijos de situaciones preocupanten que pudieran afectar su salud emocional y volverlo un blanco fácil del agobiante estrés.