Todos queremos lo mejor para nuestros pequeños, y soñamos con que todo lo que les demos sea beneficioso para ellos y que les ayude ahora y en el futuro.
En el mundo en el que vivimos donde la globalización está cada vez más presente, la importancia del bilingüismo es enorme. Sí que es cierto que en las escuelas se trabaja para que los niños aprendan idiomas desde los primeros años. Los beneficios los vemos tanto a corto como a largo plazo.
Para los niños, aprender un idioma hace que se desarrollen de una manera sencilla nuevas habilidades y unas capacidades creativas superiores a aquellos niños que no tienen esta oportunidad. No hay que olvidar que poseer el conocimiento de dos idiomas enriquece su vida, ya que multiplica las opciones literarias, lingüísticas, culturales y de entretenimiento.
Otra ventaja es la de poder comunicarse en varios idiomas, facilitando así la integración allá donde vayan, y abriendo puertas del mercado laboral en el futuro. Además, cuando un niño sabe dos idiomas, tiene la facilidad de poder aprender nuevas lenguas en un futuro, ¿quién no querría eso para sí mismo y para los suyos?
Hay que ser conscientes que hay que adaptarlo a las necesidades y maneras de interactuar de esas edades. Por lo tanto, hay que plantear este aprendizaje como un juego, es decir, que compagine la diversión con la enseñanza y que haga que el pequeño o la pequeña tenga curiosidad en seguir aprendiendo. Por supuesto, en estas edades lo que se aprende es una manera de comunicarse, por lo que para nuestros hijos es muy importante la afectividad y el contacto de la persona que se lo enseña. Es decir, la gramática o el vocabulario queda en un segundo plano, lo importante es la relación que se establece. En este sentido, una de las opciones es preparar un viaje para estudiar inglés en Nueva York o francés en París, dependiendo del idioma que queramos aprender.
Gracias a los medios actuales, aprender un idioma es más sencillo gracias a la gran cantidad de materiales que sirven para motivar y apoyar lo que se aprende en las escuelas. El peso de lo que se aprende durante las horas lectivas es el más importante, pero hay que reforzarlo en casa, como por ejemplo con la escucha de cuentos o de programas infantiles donde se compaginen los dos idiomas, como puede ser el caso de Dora, la exploradora, Pocoyo u otras series que se pueden encontrar en la televisión infantil.
Por supuesto, y pese a que los niños sean como esponjas y lo absorban todo, un idioma no se aprende sin esfuerzo. Si quieres que tus hijos se conviertan en bilingües lo ideal es que tú puedas reforzar su educación y que por ejemplo, podáis conversar en casa. En la web de ESL Idiomas (www.esl-idiomas.com ) se pueden encontrar todos los programas para que el dominio de idiomas sea una realidad.