TDAH, el diagnóstico sensible

TDAH, el diagnóstico sensible 4 diciembre, 2015Deja un comentario
Déficit de atención o TDAH

Déficit de atención o TDAHComo psicólogas, además de madres, queremos poner luz en torno a este trastorno tan controvertido, dadas las importantes implicaciones que, tanto para el niño como para su familia, tiene acertar o errar en este diagnóstico.

Es importante señalar que uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos a la hora de evaluar a un niño al que nos traen por supuesta hiperactividad es que no existe una prueba determinada, única, que nos permita determinar este diagnóstico. De hecho, el propio diagnóstico se basa en los síntomas que los demás han detectado en el niño. No facilita la evaluación el hecho de que las características de un niño hiperactivo son frecuentes en la mayoría de los niños, es decir, casi todos los niños se muestran inquietos, no paran de moverse, son impulsivos, se olvidan de lo que nos les interesa, son un tanto desorganizados, llevan mal la frustración… en algún momento.

¿Cuál es, pues, la diferencia? La clave de la cuestión es el nivel y la frecuencia de las características anteriormente citadas. Es decir, los niños verdaderamente hiperactivos, muestran estas conductas tantas veces y con tanta intensidad que tienen problemas en ámbitos  como pueden ser el escolar, el familiar o el social.

Otra cuestión relevante es que el niño puede estar teniendo otro tipo de problemas que pueden generar síntomas parecidos porque, al fin y al cabo, el niño no puede expresar bien lo que le pasa y todo acaba traduciéndose en su conducta. Un niño con problemas de lateralidad cruzada, con dislexia semántica, sometido a algún tipo de abuso, deprimido, ansioso, con problemas de adaptación, etc… puede presentar síntomas parecidos a un niño hiperactivo, por lo que la relevancia de una buena evaluación es trascendental. Un niño del que se está abusando pero es diagnosticado de TDAH se está perdiendo la oportunidad de que sus síntomas llamen la atención sobre el abuso. Un niño con lateralidad cruzada o problemas de dislexia cruzada, tanto de lo mismo. Y así, en todos los casos.

El diagnóstico del TDAH ha de realizarse, por lo tanto, a partir de una buena evaluación tanto del propio niño, como de los entornos escolar y familiar. Para ello recurriremos tanto a escalas como a entrevistas. No hemos de quedarnos, sin embargo, únicamente en la evaluación de los síntomas propios el trastorno, sino que también hemos de prestar atención a su desarrollo cognitivo, a sus peculiaridades personales y a sus competencias emocionales.

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