¿Qué tal mis fresas lindas? Yo estoy en un punto de reflexión, de búsqueda de mi misma como bloguera y es que ser mamá bloguera no es fácil.
Recuerdo cuando temía no saber qué decir. Ahora estoy en el punto totalmente contrario. Todo, absolutamente todo, me sugiere un post. Y eso me genera un constante estrés psicológico.
Voy por la calle, y veo algo. Eso me sugiere un post que en ese momento me pongo a redactar mentalmente. Cruzo la calle y ya se me ha olvidado lo que estaba redactando, porque veo otra cosa que me sugiere otro post. Así que empiezo de nuevo a redactar mentalmente éste último. Entro en mi portal, y ya se me han olvidado todos los post que había redactado, porque mis hijos se pelean, y eso me sugiere otro diferente. Y finalmente entro en casa, me acuerdo de que tengo que tender la ropa, se me olvidan todos los post que había pensado, y no he conseguido nada más que un dolor de cabeza que no veas.
Llega la noche y me acuesto en cama. Intento relajarme leyendo algunos de los estupendos artículos que escriben mis compañeros blogueros. Pero esto, me sugiere muchos otros post. Así que cuando intento dormir, no puedo porque no paro de redactar post en mi mente.
No, no… ser mamá bloguera no es fácil. Tu estado de ánimo depende muchos días del número de visitas que hayas tenido ese día en tu blog. Tienes muchas, ¡¡¡Uuuuuuhhhh soy la mejor!!! El esfuerzo, los dolores de cabeza,… todo merece la pena porque un montón de personas se molestan en leerme ¡Es increíble! Pero el día que no obtienes respuesta de tus fans, menudo bajón: “No sé para qué hago esto” “Mejor estaría en un Spa que escribiendo”…
Un día me pasó algo muy curioso. No sabía qué hacer para comer, y me dije “¿Para qué están las redes sociales? Voy a buscar una receta para niños” Y encontré una en el blog de “Me lo ha dicho margarita” de arroz con calabaza y garbanzos. Se me ocurrió la genial idea de poner en twitter que iba a realizar la receta, y en seguida “Me lo ha dicho Margarita” me pidió una foto. A mí me entraron sudores fríos. Serían sobre las 10:30 am y a las 12:00 pm tenía que recoger a los niños en el cole. Así que comienzo a hacer la receta y con la olla al fuego me voy corriendo al Super a comprar los ingredientes que me faltaban. De repente, mis amigos de Family Blog se unieron a la fiesta y también pedían la foto. ¡Madre mía, en qué lío me había metido!, pero si yo soy una cocinera mediocre y además mis hijos no van a comer esta recete tal cual, tendría que tunear las verduras, triturándolas. Pero no las podía triturar PORQUE TENÍA QUE SACAR LA FOTO. Acabo la receta a toda prisa y voy a buscar a los niños. Llegamos a casa y como era de esperar, mis hijos no querían comer aquello. Pero a mí sólo me preocupaba LA FOTO. Así que le dije a mis hijos “Apartaros que tengo que sacar una foto del plato” “ Yo quiero salir, yo quiero salir…” me decían ellos.“Nooooo, quita niño, que en la foto no puedes salir” Por fin saco LA FOTO y la tweeteo, así que ya podía triturar las verduras para que mis niños comieran el arroz, que por cierto estaba buenísimo. Moraleja: NUNCA tweetees lo que vas a hacer porque media España estará pendiente de LA FOTO.
¡¡¡Aaaaayyyy!!! Recuerdo aquellos tiempos en mi vida 1.0 en las que mis comidas no le importaban a nadie 😉
La verdad, es muy curioso. Cuando eres blogger no te puedes desprender de ello ni un segundo al día, porque llega a enganchar como el chocolate. Y en el fondo si hay al menos una persona que se molesta en leer tus batallas, pienso que ya merece la pena. Y realmente hay días que son maravillosos, en los que recibes halagos, mimos, sonrisas,…
Yo sigo experimentando y reflexionando sobre mi @MamadeFresa pero tome el camino que tome, espero y deseo que merezca la pena.
Mil besos fresas
Mamá de Fresa.
¡Engánchate a mamadefresa.blogspot.com! 😉