¿Qué tal fresas? ¡Feliz año! ¿Cómo van los propósitos para el año nuevo? No sé vosotros pero yo cada año estoy segura de que éste será el año en que… haré mil cosas que quiero hacer. Aprender a coser, a restaurar muebles, aprender a hacer empanada gallega, escribir mucho más en mi blog, profesionalizarlo… Bueno, una cosa detrás de otra. Por el momento, ya estoy aprendiendo a restaurar muebles. ¡Algo es algo! Siempre pienso que el año que viene tendré más tiempo, pero no… No sé cuándo llegará el momento en el que tenga más tiempo, supongo que cuando deje de ser taxista de mis hijos, aunque entonces quizás lleguen otras cosas. Por el momento me tengo que conformar con hacer lo que pueda.
Hoy quiero reflexionar sobre por qué las niñas son tan presumidas. ¿No creéis que son más presumidas que nunca? ¿Por qué? ¿Es bueno o es malo? Desde mi punto de vista el mayor culpable es Disney. Y después, todas las cosas que las empresas fabrican para que nuestras peques puedan hacer sus sueños realidad. Maquillajes, bolsos, zapatos de princesa, tiaras, vestidos… Y los papás que se los compramos y nos volvemos locos con nuestras pequeñas princesas. No hacemos más que incentivarlas.
Estas navidades estuve en casa de una amiga, tiene una hija de 4 años, que como todas las niñas de este mundo, está loca por Frozen. Mi amiga me decía que le extrañaba que a todas las niñas les gustara más Elsa que Anna. Cuando Anna se puede decir que es la protagonista. A mí esto me dejó con las mosca detrás de la oreja y cuando llegué a casa, le pregunté a mi hija:
«¿Quién te gusta más, Elsa o Anna?» Y me dice: “Elsa”. «¿Por qué?» «Porque Anna no tiene vestidos tan bonitos, sólo se pone moño en una ocasión y además, no es tan guapa». Me quedé con la boca abierta. Yo lo tengo claro, yo me identifico mucho más con Anna. Es muy simpática y alegre. Pero claro, las niñas ven a Elsa como la verdadera princesa, la que lleva el peinado chulo todo el rato, y vestidos increíbles.
Entonces me acordé de la polémica que causó la apertura de Princelandia en Cataluña. Princelandia es un centro de belleza para niñas. Se formó una plataforma llamada “Cerremos Princelandia” para acabar con este centro. No sé si se cerró o no. Pero yo no creo que sea nada malo que las niñas sean presumidas. Simplemente me sorprende. Quizás esta plataforma piense que estas niñas acaben operándose de todo, pero si lo hacen eso no será culpa de Princelandia, creo yo. Hay miles de cosas que pueden llevar a nuestras hijas a querer operarse. Pero ese es otro debate.
Para mí, la imagen es muy importante, cualquier experto en recursos humanos os lo puede decir. Quizás tú puedas ser el mejor en tu terreno, pero si tu imagen no te acompaña, lo tienes difícil para encontrar trabajo. Por eso pienso que el hecho de que nuestras hijas cuiden su aspecto es un buen hábito. Eso sí, con elegancia. Nada de extravagancias. A mí me encantaría llevar a mi hija a un Princelandia de esos. Se lo pasaría bomba. “La belleza está en el interior” pero eso no quiere decir que si vamos hechas unos trapos, no pase nada. Yo soy la primera que va en chándal a menudo y me cuesta mucho maquillarme. Pero si tengo arreglarme intento poner todo de mi parte. Y aunque a veces quiero matar a mi hija, como esta mañana que no quería ponerse los leggins grises, porque según ella no quedaban bien con su sudadera rosa chicle de Rapunzel, me encanta que tenga claro que si se pone un vestido gris debe ponerse medias blancas o grises.
Esto nos causa bastantes quebraderos de cabeza a las mamás, y es que la mayoría de las niñas hoy en día tienen muy claro lo que se quieren poner. Y si no se ven guapas se niegan a salir de casa. Por una parte nos lo tomamos como un pulso que tenemos que ganar las mamás. Las niñas se tienen que poner lo que nosotras digamos, porque si no, creemos que nos faltan al respeto o que perdemos autoridad. Pero por otra parte, me parece genial que desde pequeñas quieran cuidar su imagen.
¿Y vosotr@s? ¿Qué pensáis al respecto?
Mil besos.
Angélica Alvarez (@MamadeFresa)