Niños autónomos, niños seguros

Niños autónomos, niños seguros 13 noviembre, 2013Deja un comentario
Autonomía infantil

Algunas claves para favorecer la autonomía desde los primeros años

Lo que entendemos por autonomía, según la Real Academia de la Lengua es “condición de quien, para ciertas cosas, no depende de nadie”.

Autonomía infantilDesde su nacimiento, los niños dependen de los adultos para su propia supervivencia, pero podemos ir haciéndoles poco a poco personas autónomas e independientes. Esto lo conseguiremos siendo su guía y apoyo, para que descubran el mundo. El desarrollo de la autonomía va a suponer, en los niños, un aumento de su autoestima, ya que se van a sentir capaces de realizar cosas por sí mismos, y por tanto conseguiremos hacer de ellos adultos más seguros y confiados.

Para fomentar esta independencia, debemos comenzar desde los primeros años de vida. Conforme van creciendo, los niños, van desarrollando destrezas y habilidades, y por tanto pueden ir haciendo ellos solos algunas cosas. Por ejemplo, cuando le damos el puré a un bebé de un año, debemos permitirle que coja una cuchara y vaya imitando el movimiento de la cuchara a la boca aunque se ensucie, porque solo así irá aprendiendo a comer solo.

Es muy importante darles la oportunidad de experimentar y de equivocarse. Para esto, aunque a veces sea más simple o rápido ponerle los zapatos nosotros o recogerle los juguetes, debemos involucrar a los niños en estas acciones.

Cómo fomentar su autonomía

  • Para conseguir desarrollar la autonomía de los niños, debemos darles la posibilidad de ocuparse de pequeñas tareas de la casa, como poner la mesa o recoger sus juguetes, o respecto a sí mismos, como vestirse o comer solos.
  • Debemos fijarnos siempre en cuáles son sus capacidades. No podemos pedirle a un niño algo que no es capaz de hacer (por su destreza particular o porque por su edad no puede), pero debemos fijarnos en aquello que ya va pudiendo realizar él solo, y cuando digan eso de “yo solo”, permitirles que lo hagan.
  • Como en cualquier aprendizaje, debemos comenzar por ayudar al niño en lo que queremos que haga, para cuando veamos que es capaz de hacerlo por sí mismo, dejarle solo y únicamente supervisar que lo hace bien. Por ejemplo, con un niño de dos años, le pediremos que recoja sus juguetes cuando haya terminado de jugar, pero le acompañamos haciéndolo con él, para servir de modelo de lo que queremos que haga. Cuando sea más mayor, le tendremos que recordar que debe guardar los juguetes y le podemos ir dando las instrucciones para que lo realice “los coches en la caja, los libros en la estantería…”
  • Pero lo más importante es reforzar cada intento. Debemos felicitarles y elogiarles por cada pequeño paso que consigan, así se sentirán seguros de sí mismos y capaces de realizar esas tareas ellos solos.

 

Miriam Lara y Elvira López-Mántaras.

Psicólogas Infantiles y Expertas en Atención Temprana.

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