Fuera pañal

Quitar el pañal

Nos acercamos a una época en la que muchas familias decidirán quitar el pañal a sus hijos; por ello me he decidido a escribir un artículo sobre el tema con algunas recomendaciones y consejos que os pueden venir bien en estos momentos.

El primer aspecto y para mí el más importante es que, bajo mi punto de vista, hay que quitar el pañal cuando el niño esté preparado. No hay una edad fija para ello; está claro que siempre es alrededor de los dos años, pero en la escuela infantil, por ejemplo, hemos quitado pañales a niños con 18 meses y a otros con 3 años.

El segundo es que creo que la última palabra a la hora de decidir si se quita el pañal o no la deben de tener los padres, y muchas veces no es así.

Es importante que haya un acuerdo entre los padres y educadores del niño para trabajar en una misma línea y hacer de este momento algo sencillo, pero si comenzamos “obligando” a los padres a quitarlo en un momento en el que ellos no quieren hacerlo ya estamos empezando por mal camino.

En la escuela infantil en la que trabajo siempre lo hacemos así (a veces ellos nos proponen quitarlo y nosotros recomendamos esperar o viceversa); y por otro lado, si se nos juntan varios niños quitando el pañal en el mismo momento, intentamos hacerlo de forma escalonada para que pueda ser más fácil para todos. Creo que es algo a lo que hay que darle la mayor individualidad posible para poder adaptarnos a los horarios y las costumbres de cada niño y que todo sea más llevadero. Es cierto que si ven a otros niños hacerlo se motivan más, pero no hace falta hacerlo con toda la clase a la vez porque puede ser un caos, tanto para niños como para educadores.

Dicho esto, como siempre, hay que observar a los niños, aprender de ellos y ver lo que les puede funcionar mejor; yo os voy a dejar unas pautas que espero os puedan servir:

Conocemos la situación:

Antes de decidir quitar el pañal es conveniente que los niños se vayan familiarizando con el orinal o el baño; que lo vayan tomando como un hábito casi sin darse cuenta. Podemos elegir un momento al día en el que sentarlo un ratito, por ejemplo al levantarse, pues es un momento en el que muchos niños consiguen hacer pis en el baño casi sin darse cuenta; o antes de bañarlos (este último es el que yo utilizaba con mi hijo).

Si hacen pis estupendo, sino no pasa nada, nuestra misión, de momento, es que vayan teniendo una primera toma de contacto, que lo tomen como un juego o algo divertido y evitemos ese miedo que a veces les genera este cambio.

– Utilizo reductor u orinal:

Es importante ver en cuál de los dos el niño se siente más seguro. En los centros infantiles tenemos unos baños pequeñitos preciosos que les ponen las cosas más fáciles, pero en casa necesitaremos una de estas dos opciones.

Hay orinales como los de toda la vida y otros incluso con música que suena cuando cae el pis; y también existen diferentes tipos de reductores.

Mi recomendación es no gastarse mucho en esto pues un orinal más bonito no va a acelerar la madurez del niño; sí que ayuda a que se sienta más motivado, pero podemos motivarlo también por ejemplo dejando algún cuento o juguete a su alcance.

Respecto al reductor sí que os recomendaría que sea acolchado pues siempre se siente más cómodos en él.

Si hay que elegir entre los dos yo prefiero el reductor, pues les permite acostumbrarse al lugar en el que harán sus necesidades después. Si se acostumbran sólo a un orinal puede ser difícil que cuando salgan de casa quieran hacer pis o caca en otro lugar.

– Unos días antes utilizamos braga-pañal

Una de las cosas que podemos hacer para que vayan cogiendo el hábito de ir al baño es utilizar durante unos días (en mi opinión no más de dos semanas) braga-pañal.

Podéis decirle a vuestr@ hij@ que son braguitas o calzoncillos de papel. La idea es llevarlos a menudo al baño para ver si hacen allí pis o caca, para que vayan cogiendo el hábito, pero que no sientan un cambio brusco de pasar del pañal a ir sin nada. Si pasan mucho tiempo con el braga-pañal se dan cuenta de que aunque se hagan pis o caca no se mojan, así que al final se convierten en pañales y no ayudan mucho a hacer su verdadera función.

Os recomiendo comprar los de la marca Día, pues están muy bien de precio y llevan aberturas laterales, lo que evita tener que desnudar al niño cada vez que le vayamos a cambiar. Los Huggies también son de este tipo y también dan muy buen resultado; aunque su precio es un poquito más elevado.

– Para las salidas fuera de casa: reductor portátil

Otra de mis recomendaciones es que os hagáis con un reductor portátil. Los hay plegables que pueden llevarse en el bolso, lo cual es muy útil cuando los niños tienen ganas de ir al baño fuera de casa. Era lo que yo buscaba, pero en el momento que lo necesitaba no encontré, así que me hice con uno de Nikidom que también es muy útil pues se convierte en orinal portátil poniendo unas bolsitas absorventes donde cae el pipí o la caca. El problema es que no es plegable y ocupa mucho más sitio a la hora de salir de casa.

En el mes de junio del año pasado, cuando Álvaro tenía 28 meses decidimos quitar el pañal, y aprovechamos un fin de semana de playa con mal tiempo para hacerlo. Este orinal del que os hablo nos vino genial para ello, como podéis observar en la foto.

Quitar el pañal

– Visitamos el baño a menudo:

Sentamos a menudo durante poco rato, e intentamos encontrar los momentos del día en los que hacen sus necesidades (sobre todo al levantarse, después de comer o cenar…) .

Un tiempo antes de quitar el pañal podemos ir observando los momentos del día en los que el peque hace más pis, y cuando hace caca. Hay muchas veces que no nos damos cuenta, pero siempre tienen ciertos momentos que no oscilan mucho de hora (mucho pis al levantarse, caca después de comer…) Si los “pillamos” sabremos cuando debemos estar más pendientes una vez que esté fuera el pañal.

En mi opinión creo que es más efectivo ponerlo a menudo poquito rato que tenerlos 10 minutos sentados en el baño, pues al final se cansan y le cogen manía. Simplemente llevarlos al baño cada 10/15 minutos al principio, sentarlos y si no sale nada volverlos a levantar. Poco a poco podemos ir haciendo este intervalo de tiempo más grande según veamos lo que el niño aguanta sin hacerse encima sus necesidades.

– Aprovechamos el buen tiempo:

Otra cosa a tener en cuenta es que cuando decidamos quitar el pañal haga buen tiempo, para evitar ciertas infecciones e incluso catarros. Alrededor del mes de mayo es cuando suele ser el mejor momento; aunque como decía antes hay que adaptarse al ritmo del niño, y hay veces que de repente ellos mismos se sienten preparados en el mes de diciembre y no podemos hacerles esperar unos meses más.

Si quitar el pañal es decisión nuestra mejor esperar a meses más calurosos.

Preparamos muchos cambios de ropa:

 Preparar una mochilita que podáis llevar con vosotros a todos los sitios con muchos cambios de ropa, y sobre todo con mucha ropa interior, pantalones y calcetines; y también algún par de zapatos. Los primeros días toda ropa es poca…

Lo hacemos más fácil sin pantalón:

Lo mejor es que cuando los niños estén en casa los dejemos sólo con la braguita o el calzoncillo y, por ejemplo, una bata de las del cole o una camiseta larga; así nos evitamos tantos cambios de ropa pues, sobre todo los primeros días, son muy abundantes.

Un par de sandalias de goma, como las que podemos utilizar para verano también son una buena elección para esos días pues se limpian fácilmente con agua y se secan enseguida. Si se ensucian deportivos, por ejemplo, no se limpian hasta que no los metemos en la lavadora, y además tardan mucho en secarse.

– Y a la hora de dormir:

Es importante observar cómo va la noche y la siesta; si salen secos no es necesario esperar mucho, sino no hay prisa, también llegará su momento.

Álvaro nos lo puso muy fácil en este sentido; era de los niños que sacaba el pañal de la noche a tope, muchas veces incluso había que cambiarlo porque se le había salido el pipí; pero fue dejar el pañal y comenzar a salir por las noches totalmente seco.

Esperamos un tiempo a que lo tuviera interiorizado por el día y como vimos que seguía sacando el pañal seco no quisimos desaprovechar la oportunidad; quitamos primero el de la siesta y a los días dejamos también el de la noche. La verdad es que tuvimos mucha suerte en este aspecto pues hasta el momento sólo se le ha escapado una vez.

Hay niños que aunque no lleven pañal por el día, por la noche siguen haciendo mucho pis, si es el caso de vuestros hijos no os preocupéis, el control de esfínteres nocturno es algo que cuesta mucho más, así que paciencia y esperar un tiempo hasta que el niño esté maduro y preparado para ello. Os recomiendo comenzar probando con el de la siesta, que es menos ratito, y una vez lo tengan controlado podéis hacerlo con el de la noche

– Estamos atentos al estreñimiento:

Lo normal es que los peques se estriñan al quitar el pañal; les es muy sencillo hacer pis en el wc pero las cacas les producen una sensación muy rara; es como si perdieran una pequeña parte de su cuerpo y se les hace muy difícil.

Si no quieren hacer caca en el baño lo normal es que se aguanten y al final se estriñan; y si van estreñidos cuando consigan hacer les hará daño, y con ello cogerán más miedo…al final es una rueda difícil de la que salir.

Os aconsejo intentar evitar los laxantes en la medida de lo posible, pues sino el cuerpo se les acostumbra y llega un momento que son incapaces de ir al baño sin ellos.

Por otro lado, si por ejemplo hacen caca cuando les ponéis el pañal de la siesta o la noche (cosa muy común, pues muchos se esperan a este momento en el que se sienten más seguros para hacerlo) podéis ir con ellos al baño, tirar en él la caca y decirle adiós, que sea él o ella quien tire de la cadena…crear un pequeño “ritual” que haga del momento de hacer caca en el baño algo más divertido.

Hay también muchos libros que tratan estos temas y que les ayudan muchísimo; hace poco una amiga me recomendaba dos que a ella le habían venido genial con su peque: “Puedo mirar en tu pañal” y “Nacho ya no usa el orinal”.

Y sobre todo, importantísimo tener mucha paciencia. Es un momento de cambio para los niños y no es fácil para ellos, por eso debemos intentar acompañar y ayudar en vez de hacerles sentir mal cada vez que se les escape el pis o la caca; y como os decía antes, esperar a que estén preparados pues si nos adelantamos al momento podemos hacer que el niño se frustre y además que no consiga controlarlo bien en mucho tiempo.

Si os surge alguna duda adicional podéis contactarme en viviendoconpeques@gmail.com y os ayudaré en todo lo que me sea posible.

Además, si os interesan este tipo de artículos os recomiendo visitar mi web: www.viviendoconpeques.com en la que hablamos de maternidad, paternidad e infancia en general. ¡Os espero!

 

 

 

 

 

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