Una vez acabadas las vacaciones veraniegas es hora de poner en marcha nuestra rutina anual de horarios, madrugones, ropa de trabajo, uniformes, libros y… lo más importante: la vuelta al colegio.
Para llevar a cabo todo eso, lo principal es que los protagonistas, los niños, sean conscientes de antemano lo que en breve va a suceder. Sería conveniente que desde casa se les fuera avisando que en un par de días van a comenzar sus clases, sus actividades extraescolares y los reencuentros con amigos y compañeros.
Es imprescindible que la noche de antes de empezar las clases (ya que seguramente se ha intentado toda la semana pero haya sido fallido ese intento) los niños no se acuesten más tarde de las 22,00 puesto que el madrugón y la tarea del día siguiente les va a generar un cansancio extra que necesita horas previas de descanso y relajación. Qué decir de preparar la tarde o los días previos el uniforme escolar, la ropa adecuada y el calzado. Y, por supuesto, su querida mochila. Como es el primer día de clase con un estuche para primaria y secundaria será necesario y para los chiquititos de infantil sólo necesitaremos la ropa de cambio. Eso sí, que a nadie se le olvide meter en la mochila la merienda y una botellita de agua, que hambre y sed se tiene a cualquier edad escolar.
Por suerte este año comienzan las clases un jueves 8 de septiembre. De esta manera tendremos dos días de adaptación y un fin de semana para preparar todo lo que en junio prometimos hacer y a día de hoy no hemos cumplido. En fin, durante el fin de semana tendremos tiempo para organizar realmente mochilas, uniformes, forrar libros, poner nombres y etiquetas y lo más importante: Concienciar realmente a los niños de que les queda un maravilloso y apasionante curso escolar por delante.