El embarazo es un periodo vital de la mujer lleno de cambios en su cuerpo y sensaciones nuevas. A lo largo del periodo de gestación, el sistema visual puede sufrir alteraciones. Los cambios hormonales afectan, en algunas pacientes, a su agudeza visual ya que el cristalino se hidrata y produce una miopía temporal. Pero estos cambios son reversibles y aparecen generalmente en mujeres con defectos refractivos. Así, la glándula hipofisaria puede aumentar de tamaño durante los nueve meses, aunque no de forma alarmante como para producir anomalías en la vista.
Una alteración positiva es la disminución de la presión intraocular, beneficiosa para las embarazadas que padecen glaucoma.
Algunas mujeres embarazadas miopes pueden sufrir un aumento de la miopía a partir de la semana 32 de gestación. La causa, la retención de líquidos en la córnea y el cristalino, aunque dos meses después del parto se recupera la visión normal. Además, la visión borrosa de lejos y la dificultad para leer se puede aparecer en las mujeres hipermétropes ya que desarrollan lo que se llama un síndrome de insuficiencia de acomodación transitoria.
El Doctor y Oftalmólogo, Arturo Quijada, afirma que no se deben usar lentes de contacto durante el parto. “Si hay complicaciones durante el parto que hagan necesario realizar una anestesia general, la embarazada no debe llevarlas ya que incrementaríamos el riesgo de sufrir lesiones corneales durante el tiempo que dura el efecto de la anestesia”.
Quijada recomienda que ante cualquier síntoma o molestia en el ojo o en la vista durante el embarazo, se acuda al ginecólogo o al oftalmólogo.