¿Te has parado a pensar lo que nos cuesta aprender idiomas cuando somos adultos? Estudiamos varios años para obtener un título que nos capacite como profesionales, seguimos estudiando para tener aún mayores garantías de acceso al mundo laboral y en un momento dado nos surge un inconveniente: no sabemos inglés, por ejemplo.
Rápidamente nos ponemos a buscar una academia certificada en la que poder ponernos al día y alcanzar el nivel que nos exigen en el examen. Solo así podremos conseguir la certificación que avalará nuestro conocimiento idiomático. Pero claro, no habíamos tenido en cuenta que esto lleva tiempo, esfuerzo y que no siempre disponemos del primero como nos gustaría. Y aun disponiendo de él nos parece que avanzamos con cuentagotas. Por cierto, si es tu caso, el uso de un diccionario online puede serte de gran ayuda para complementar tus estudios. Nosotros te recomendamos uno como Woxikon, que te permite buscar palabras en infinidad de idiomas diferentes.
A estas alturas te estarás preguntando que a dónde queremos ir a parar, ¿verdad? Pues bien, es muy sencillo: cuando somos pequeños no encontramos dificultad alguna para aprender idiomas, es más, los aprendemos a una velocidad asombrosa. Esto se debe a que es la época de nuestras vidas en que aprendemos a hablar y a comunicarnos en nuestra lengua principal. El cerebro de un niño es como una esponja y es capaz de aprender varios idiomas a la vez en esta etapa, cada uno con sus peculiaridades.
Por eso, si quieres que tus hijos se desenvuelvan sin dificultad en varias lenguas y no tengan que pasar de mayores por el suplicio de aprender otro idioma para poder aumentar la cualificación de su currículo, lo mejor es que empiecen a tener contacto con ese idioma ahora que son pequeños y su capacidad de aprendizaje lingüístico está en su punto álgido.
Para ello, tienes varias posibilidades a tu alcance. Una de ellas es escolarizar a tus hijos desde pequeños en una escuela bilingüe. Estos colegios generalmente imparten la mitad de sus clases en español y la otra mitad en la lengua objeto de estudio, como por ejemplo el inglés, el alemán o el chino, idioma que está adquiriendo cada vez más relevancia de cara al mundo empresarial.
Otra manera de que tus hijos se familiaricen con idiomas distintos al suyo propio es que desde su infancia vean contenidos audiovisuales en esos idiomas del mismo modo que lo hacen en el suyo. Así, si por ejemplo ven sus series favoritas tanto en inglés como en castellano, educarán el oído y aprenderán nuevas palabras y oraciones con cada capítulo. Cuando hayan visto un mismo capítulo en dos idiomas podrán también comparar en ambos las situaciones que en él aparecen, asimilando mejor lo que significa cada expresión. Además de series y películas en otros idiomas, otra buena idea es que vean vídeos de cuentos en la lengua que van a aprender, como el de La Cenicienta en inglés.
Para finalizar, tampoco estaría de más que vosotros, los padres, os familiarizaseis con el idioma que vuestros hijos están aprendiendo. Esto os permitirá charlar con ellos en esta nueva lengua, y lo que para ellos será un juego divertido, en el que muchas veces os darán alguna que otra lección, se convertirá en una magnífica oportunidad de afianzar sus conocimientos.