Vivimos en una época del año en la que se pasa mucho tiempo en la cocina. Las familias se reúnen y los anfitriones tratan de preparar la mejor mesa posible. Se elaboran platos diferentes y deliciosos y se disfruta de ellos. Pero ese tiempo que se pasa en la cocina el resto del año es cada vez menor. Las largas jornadas de trabajo que la mayoría tenemos hoy en día hacen que muchas veces caigamos en comprar comida preparada o acudir a los restaurantes de comida rápida. Pero si este tipo de alimentación es mala para los adultos, para los niños es aún peor.
Peores notas
Según un estudio de la Universidad de Ohio, en Estados Unidos, los niños que comen de manera habitual comida rápida tienen notas bajas en los exámenes de matemáticas, ciencias y lectura. Esto sería debido a que la comida basura no tiene las moléculas férricas que el cerebro necesita.
Para elaborar esta investigación se estudió a 8.500 niños con edades comprendidas entre los 9 y los 12 años del sistema escolar estadounidense y se realizó un seguimiento de sus hábitos alimenticios durante un periodo de 3 años. Se pudo ver, por ejemplo, que aquellos pequeños que consumían frecuentemente este tipo de comida conseguían una puntuación de 79 en los exámenes de matemáticas mientras que los que no lo hacían obtenían 83 puntos.
La doctora Kelly Purtell, que ha sido la encargada de dirigir la investigación, comentó lo siguiente:
La investigación está centrada en cómo el consumo de los niños se relaciona con la obesidad. Pero nuestros hallazgos demostraron que la comida rápida está vinculada a otro problema: resultados académicos pobres.
Además se cuenta con estudios previos que señalan que esta clase de alimentación también perjudicaría la memoria, algo clave en el rendimiento escolar. Sabemos que la comida rápida suele encantar a los niños y que de vez en cuando no es tan mala. Eso sí, que no se convierta en la dieta habitual de nuestros hijos.