Cuando los que hoy tenemos hijos pequeños éramos niños, se solían tomar bastantes precauciones a la hora de ver la televisión. Quizás todos recordemos a padres o abuelos diciéndonos que se nos iba a quemar la vista de tanto ver la televisión o de verla tan de cerca. Y aunque aquello nos podía parecer algo exagerado, seguramente el tiempo que pasan nuestros hijos delante de la pantalla no sea tan inocuo como nosotros pensamos.
Daños en la visión
Según un estudio de la Universidad de Berkeley, California, Estados Unidos, que los niños estén visionando de manera prolongada películas o videojuegos en 3D puede ocasionar molestias visuales, dolores de cabeza y fatiga. El problema sería la llamada «convergencia acomodativa», que consiste en que los ojos tienen que estar ajustando todo el tiempo la distancia de la pantalla y su contenido en 3D.
Esa es la razón de que la vista se canse más, lo cual produce que la visión sea borrosa, duela la cabeza y haya fatiga ocular. Según expertos en la materia, los niños y sobre todo los menores de 6 años pueden sufrir estos efectos de forma más grave, puesto que su sistema visual se encuentra todavía en desarrollo. Además, el estudio recuerda que ya en el año 2010 cuando una importante empresa sacó a la venta su consola en 3D, se advertía de que era posible que dañara la visión de los niños de menos de 6 años. Y el año pasado en Italia se recomendó restringir el uso de las lentes 3D por parte de los niños después de una advertencia de su Agencia de Salud Nacional.
Así que se recomienda que los niños menores de 6 años no vean películas ni utilicen videojuegos 3D, porque el proceso para asimilar el efecto en 3 dimensiones necesita que los ojos vean imágenes en dos lugares distintos al mismo tiempo, antes de que el cerebro las pueda convertir en una sola. También se añade que incluso hasta los 13 años su uso debería ser moderado.
Habrá que tomarse en serio estos avisos y tenerlos en cuenta a la hora de decidir si nuestros hijos se exponen a entretenimiento en tres dimensiones.