Alrededor de los 2 años de edad, los niños comienzan a estar preparados madurativamente hablando para pasar a controlar esfínteres diurnamente. Podemos detectar los primeros síntomas cuando comprobamos que pasan algunos ratos con el pañal seco (más de dos horas) y que diferencian entre mojado y seco, avisando cuando están a punto de hacer pis o caca o justo después de haberlo hecho.
Para comenzar a crear el hábito de ir al baño es importante involucrar al niño durante todo el proceso, por ejemplo en la compra de la ropa interior o del orinal. Sería bueno que los días previos a la retirada del pañal les dejemos que jueguen, lo manipulen y se familiaricen con él. Una vez que decidáis retirar el pañal, solo se le pondrá para dormir la siesta y por la noche. Y se le explicará que ya es mayor y que debe hacer pis en el orinal. Le sentaremos en el orinal cada hora u hora y media aproximadamente, no preguntándole «¿quieres hacer pis?», sino indicándole la acción: «vamos hacer pis».
Cada vez que haga pis en el orinal, debemos felicitarle y mostrarle nuestro agrado, por lo bien que lo ha hecho, y podemos premiarle con algo tan sencillo como dibujarle una carita contenta en la mano 🙂 o un solecito, que simboliza “estar sequito”. Por el contrario no debemos regañarle ni enfadarnos si no hacer pis y mucho menos si se lo hace encima, tranquilizándole cuando no hace pis o caca, expresándole: “Mañana saldrá”.
Este proceso dota a nuestros niños de gran autonomía, pero debemos ser pacientes y respetar los ritmos individuales de cada niño, sin compararle con otros niños o hermanos mayores. Cada uno tenemos nuestro propio proceso y la conquista de la autonomía nos cuesta trabajo a todos.
Algunos consejillos
- Utilizar ropa que facilite su autonomía (sin tirantes, ni cinturones, ni botones…).
- No obligarles ni forzarles a sentarse en el orinal.
- Nunca dudar de que lo conseguirá.