Si somos sinceros todos en alguna ocasión hemos recurrido a la «niñera» que tenemos más a mano: la televisión. Y es que cuando necesitamos hacer algo sin tener a nuestro hijo por el medio, ponerle unos dibujos animados nos proporciona esos momentos de paz tan necesarios. Pero como bien sabemos, a pesar de que suele funcionar como nada, la televisión no es ni mucho menos la mejor compañía que pueden tener nuestros hijos. Un nuevo estudio viene a corroborar esta idea.
Un 30% más de riesgo
La Universidad de Zaragoza (España) junto con la de Sao Paulo (Brasil), han elaborado un estudio en el que concluyen que ver más de dos horas la televisión cada día incrementa el riesgo de sufrir hipertensión hasta en un 30%.
Para llevar a cabo este estudio tuvieron en cuenta los datos recopilados en la investigación ‘Identificación y prevención de los efectos inducidos en la salud de la dieta y el estilo de vida en niños’, que se llevó a cabo durante dos años y que agrupa los datos de 5.221 niños de España, Alemania, Hungría, Italia, Chipre, Estonia, Suecia y Bélgica, con edades comprendidas entre los 2 y los 10 años cuando comenzó el estudio.
El estudio constató cómo la incidencia de la hipertensión durante el período analizado en estos niños era de 110 por cada 1.000, en aquellos pequeños que pasaban dos horas al día delante de la televisión, el ordenador y la consola, como decíamos un 30% superior a los niños que no tenían estos hábitos.
Hay que hacer ejercicio
Para luchar contra este mal, los investigadores recomiendan que los pequeños realicen ejercicio durante al menos 1 hora cada día, al tiempo que las actividades sedentarias no supongan más de 2 horas cada jornada.
Augusto César F. de Morae, autor principal del estudio, ha declarado lo siguiente:
Las cifras resultan preocupantes, ya que las conductas sedentarias son habituales en la infancia y, luego de adultos. Además, la evidencia científica indica que la actividad física es un potente vasodilatador. Aumenta la tasa de oxigenación del corazón y, a su vez, disminuye la presión arterial.
Padres, tomemos buena nota.