Casual, salgo al súper y la gente se me queda mirando raro. Por instinto volteo a ver mi camiseta, y tiene dos manchas vergonzosas de leche. ¿Por qué a mí, caray, por qué? Cruzo los brazos y salgo del pasillo, me escondo para secarlo un poco y ponerme un suéter.
Sigo recorriendo las instalaciones con mi carrito y el bebé en el asiento, vamos a la zona de pañales y ¡BAM! Encontramos unos pañales para los pezones, mejor conocidos como “Pads de lactancia”. Me compro una caja sin dudarlo, ¡Jamás vuelvo a pasar vergüenzas por mis pechos incontinentes!
Después de todo, dibujo una pequeña broma. Mis pechos han crecido y se ven muy bien, supongo que le tenía que pagar algo por ello.
