Según un estudio publicado en la revista Pedriatrics, no existe razón para creer que el deporte de contacto podría causar lesiones renales en los niños, lo cual en el caso de los pequeños con un solo riñón significaría recibir diálisis toda su vida y depender de un trasplante en algún momento.
Aunque muchos médicos contradicen esta idea por considerla muy riesgosa, la investigación realizada en Estados Unidos en adolescentes atletas de escuelas secundarias concluyó que los problemas renales eran infrecuentes y de menor cuidado. Las lesiones de rodilla y cabeza, eran superiores; por cada lesión renal resultaron 67 de esos traumatismos.
Y si bien tiene sus ventajas ejercitarnos desde la infancia, el estudio recomienda que los niños sin un riñón controlen su presión arterial antes de ingresar al campo de juego. Este criterio es reafirmado por la Academia Estadounidense de Pediatría, la cual solicita que un médico observe el estado físico de los altetas antes y durante las competencias.
Con los cuidados necesarios, quizás muchos niños tendrían la oportunidad de practicar alguna disciplina deportiva sin ningún inconveniente. ¿Tú qué opinas?