En algunas familias, el desayuno no es considerado la comida principal, lo cual origina que los niños, en plena etapa de desarrollo, busquen suplir esa carencia nutricional con alimentos poco saludables.
Tu niño nunca debe saltearse esta comida por las siguientes razones:
Previene el sobrepeso. Evitar el desayuno ocasiona el consumo de bocadillos a media mañana o llegar al almuerzo con demasiado apetito.
Mejora la memoria y la concentración. Los nutrientes ingeridos a primera hora del día otorgan la energía mental que los peques necesitan rendir académicamente.
Favorece el rendimiento físico. Un desayuno balanceado impide que los niños se agoten con facilidad a pesar de tener una mañana llena de actividades.
Fomentemos en nuestros hijos el tomar desayuno. Si constantemente ayunan es posible que se muestren irritables o de mal humor debido al déficit de glucosa causado por la falta de alimento a primeras horas del día.