Desde aquí quiero invitaros a recorrer ese viaje conmigo, con mi hijo Hugo que acaba de cumplir dos años, con su padre, con sus abuelos (¡qué sería de nosotros sin su abuela Angelines!), con sus libros y juguetes favoritos, con sus anécdotas y con todas las personas que cada día le acompañan en esa aventura tan deliciosa que supone crecer y descubrir el mundo.
Para empezar, os quiero hablar de “El coche rojo”. Es un libro maravilloso que le regalamos a Hugo por su cumpleaños y que desde que llegó a sus manos sólo le ha reportado sonrisas. Yo soy una gran lectora e intento por todos los medios inculcar ese amor por la lectura a mi pequeño, por eso en todas las celebraciones siempre le cae un libro, algunos los ha roto de tanto uso y otros los tiene abandonados en su estantería, pero poco a poco espero que se vayan convirtiendo en un elemento imprescindible en su vida.
«El coche rojo» tiene una gran ventaja y es que además de ser un libro es un juguete, algo perfecto para niños tan pequeños. Sus páginas son escenarios con circuitos troquelados para que el coche de retroficción que acompaña al libro pueda rodar por ellos. Tiene varios escenarios y no os imagináis la cara que puso Hugo cuando vio cómo el coche recorría las página del libro por primera vez.
Y hasta aquí lo que cabría esperar de este libro, que nos llevará de viaje por la ciudad, por una granja o por el parque. Pero tiene una utilidad oculta que os quería mostrar y que puede ser incluso más divertida para los niños. Recordáis el famoso “Dónde está Wally”, pues las páginas de “El coche rojo” son lienzos perfectos para jugar a buscar objetos: un tractor, la playa, un columpio, el autobús… Hugo se lo pasa genial recorriendo sus páginas, sin soltar en ningún momento su cochecito y buscando como un loco todo lo que le decimos. El primer día que jugamos, nos quedamos alucinados. La idea era preguntarle por un objeto que conociera y por otro que no, para que aprendiera palabras nuevas sin desanimarse, ¡pero resulta que sabía muchas más de las que podíamos imaginar! Así es que ahora digo cosas al azar y dejo que mi pequeño me sorprenda.
Si a vuestro hijo o hija no le gustan mucho los coches, también podéis optar por “El helicóptero de rescate”, “El trenecito rojo” o “La mariquita aventurera”. ¿Qué os parece? ¿Os ha gustado el libro? ¿Y la idea de jugar a buscar objetos?
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